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Este es el motivo por el cual los niños se portan mal cuando están cansados

El cansancio y el mal comportamiento de los chicos van de la mano.

Niñas jugando con barro. Fuente. Pinterest
Niños. Comportamiento. Cansados..Niñas jugando con barro. Fuente. PinterestCréditos: Archivo
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Estar cansados es una sensación que todos han experimentado. Cuando se realiza cualquier actividad durante cierto tiempo, tanto si es física como mental, incluso luego de vivir estados emocionales realmente intensos, el cansancio se siente. Sin embargo, se podría definir al cansancio como la falta de fuerzas después de realizar un trabajo físico, intelectual o emocional. También el aburrimiento, la infelicidad, la desilusión, el hastío, el tedio o el fastidio pueden dejarnos exhausto.

No obstante, el cansancio tiene efectos curiosos sobre nuestro comportamiento, que se reflejan en una mayor dificultad para mantener el autocontrol. Esto es lo que se  percibe con mucha facilidad en los niños, porque cuando están cansados, ya sea tras haber realizado una actividad agotadora o como consecuencia del aburrimiento o la desilusión, tienden a realizar acciones que nos molestan. O, dicho de forma un poco coloquial, tienden a “portarse mal”. 

Una niña enojada. Fuente: Pinterest

Este es el motivo por el cual los niños se portan mal

El motivo se debe al funcionamiento del cerebro. Es decir, el cerebro es el órgano del pensamiento, donde se generan y gestionan todos los comportamientos del ser humano. El mismo está estructurado en diferentes zonas, que cumplen funciones específicas dentro de la tarea global del órgano. La zona que se encarga del comportamiento es llamada corteza prefrontal y se encuentra en la parte más anterior del cerebro, específicamente detrás de la frente, en la capa más superficial de las neuronas. 

De lo que se encarga la corteza prefrontal es de gestionar las tareas cognitivas más dificultosas, que se agrupan bajo el nombre de las funciones ejecutivas. Un ejemplo, de ello es la torre de control de un aeropuerto, cuya función es ordenar el tráfico aéreo para que circule de manera dócil, no estática, para que se pueda ir adaptando a cualquier situación que vaya surgiendo: un cambio en las condiciones atmosféricas, un retraso en un vuelo. También se puede decir de otra manera, sirven para que podamos controlar nuestros comportamientos.

Un pequeño sacando la ropa del placard. Fuente: Pinterest

Las funciones ejecutivas incluyen diferentes aspectos, como la capacidad de reflexionar y de planificar, tomas decisiones basadas en los razonamientos que se hayan hecho. Además, se incluye en ese grupo la memoria de trabajo o memoria operativa, que es el conjunto de procesos que permiten almacenar y manipular temporalmente la información para la realización de tareas cognitivas complejas como la comprensión del lenguaje, la lectura, las habilidades matemáticas, el aprendizaje o el razonamiento. Sin olvidar la flexibilidad cognitiva, que es la capacidad que tiene el cerebro para adaptar la conducta y pensamiento con facilidad a conceptos y situaciones cambiantes, novedosas e inesperadas, o a la capacidad mental de pensar en varios conceptos a la vez.

¿El cansancio afecta al comportamiento de los niños?

La realidad es que el cerebro representa el 2 o el 3 % de la masa total de nuestro cuerpo. Pese a ello, este consume nada menos que el 20 o 30% de la energía metabólica! Una desproporción brutal. Cabe destacar que cuando el ser humano está cansado, cuesta el doble hacer todo tipo de actividad, ya sea  reflexionar, planificar, decidir, gestionar las emociones y almacenar y manejar la información porque la corteza prefrontal dispone de menos combustible para funcionar.  Y esto también hace que nuestros pensamientos pierdan flexibilidad y se vuelvan más rígidos. Como consecuencia, perdemos capacidad de autocontrol del comportamiento.

Los niños se suelen portar mal cuando están cansado. Fuente: Pinterest

Lo mismo sucede con los niños, cuando están cansados la chance de que se "porten mal" hablando coloquialmente, aumenta. Justamente, porque les cuesta mantener el control de sí mismos, como a los adultos, porque su corteza prefrontal no dispone de la energía necesaria.