La majestuosa iglesia de San Francisco en Quito Ecuador, es una joya arquitectónica de la región. Ubicada en el corazón del centro histórico de la capital ecuatoriana, tiene un terreno de 3 hectáreas de construcción. En el interior de la basílica católica, reposan al menos 3.500 piezas de arte coloquial de la Escuela Quiteña de Arte. Pero además de las características arquitectónicas de artísticas que rodean a esta hermosa iglesia de San Francisco, hay también una leyenda sobre su construcción y quien estuvo a cargo de la misma, un índigena conocido como Cantuña.
De generación en generación, se relata y persiste en el imaginario colectivo, que un indígena conocido como Cantuña, encargado de la construcción de la iglesia, hizo un trato con el diablo para que este, junto al ejército de diablillos construyeran en el complejo arquitectónico de mayor dimensión dentro de los centros históricos de toda América.
La leyenda
Esta historia se remonta al siglo XVII cuando los sacerdotes franciscanos que vivían en Quito buscaban un constructor para levantar una iglesia, un atrio y un convento. Según cuenta la leyenda el indígena de apellido Cantuña fue contratado para ejecutar la construcción y sobre de él recaen muchas versiones, pero en lo que todos coinciden, es que aceptó construir la iglesia de San Francisco en 6 meses y ese tiempo era una gran hazaña, ya era un período muy corto, para tan grande edificación.
Al acercarse el día de culminación de la obra, en un pedido desesperado por terminar la iglesia y ganarse el pago, cuentan que hizo un pacto con el diablo, Cantuña le daría el alma a Lucifer, si este colocada hasta la última piedra de la edificación. Apenas realizó el acuerdo, miles de diablillos empezaron a trabajar sin descanso para construir la iglesia.
¿Qué pasó con Cantuña?
Según la leyenda cuando la iglesia estuvo lista el diablo se acercó a Cantuña para llevárselo, pero este lo increpó diciendo que faltaba una piedra, correspondiente al Atrio de la iglesia. Muchos consideran que el astuto Cantuña escondió sigilosamente una de las piedras de la iglesia sin que el diablo se percatara para evitar entregar su alma. Es más, algunos quiteños aseguran que si se coloca la piedra faltante la iglesia se desplomará.
Fuente: Twitter @showmundialshow
A lo largo de los años esta leyenda sigue vigente en Quito, Ecuador. Hasta hay un libro infantil llamado "La piedra que faltó" basado en la leyenda de Cantuña y la Iglesia de San Francisco.