Los elefantes asiáticos son animales majestuosos y gigantes que, a pesar de su tamaño, han sido domesticados y conviven pacíficamente con los seres humanos en muchas culturas. De hecho, algunos científicos postulan que estos animales se autodomesticaron a lo largo del tiempo, evolucionando hacia una especie más social, colaborativa y menos agresiva.
Este fenómeno de auto domesticación se define como el proceso evolutivo mediante el cual una especie experimenta cambios en su fisionomía, en su carácter y en su conducta, haciéndola más social, accesible y amigable. Los perros son el mejor ejemplo de domesticación y su evolución a lo largo del tiempo refleja este proceso, según demostraron los científicos.
El secreto de la "amistad" entre elefantes y humanos
Los elefantes asiáticos, a diferencia de los africanos, son más pequeños y tienen la parte inferior de sus orejas recta. Estudios científicos, como el realizado por el Instituto Max Planck de Psicolingüística en Nijmegen, postulan que los elefantes se autodomesticaron a lo largo del tiempo, valorando evolutivamente los cambios que experimentaron.
Los elefantes serían el tercer grupo de animales que responde al proceso de domesticación, después de los seres humanos y los chimpancés bonobos. De hecho, existen varios paralelismos entre estas tres especies, como los cambios en la fisionomía de la cabeza con mandíbulas más cortas y menos dientes, y el cráneo menos alargado.
En cuanto a su comportamiento, los elefantes asiáticos son animales relativamente mansos, y los casos de agresión entre ellos son infrecuentes, lo que facilita la convivencia colaborativa de la especie. También existe la existencia de cuidados aloparentales, lo que significa que los miembros de la manada no solo cuidan de sus propios descendientes, sino también de otros. Además, estos animales participan en juegos y actividades de entrelazamiento social y exploratorio.
Más allá de cualquier conjetura, es cierto que cada especie adoptará aquellos rasgos que faciliten su supervivencia por selección natural, garantizando así su permanencia como especie y su evolución favorable en el tiempo. Esto puede depender de una multitud de circunstancias, como ocurrió con los elefantes, sea o no la intervención de los seres humanos una de ellas.