En la región de Capadocia, en Anatolia Central, Turquía, un hombre tuvo un descubrimiento sorprendente mientras perseguía a sus gallinas.
Al derribar una pared en su casa, se encontró con una ciudad subterránea abandonada de aproximadamente 2 mil años de antigüedad, que en su apogeo albergó a hasta 20 mil personas.
Conocida como Derinkuyu, esta ciudad subterránea se encuentra a una profundidad de 85 metros y es considerada la más grande en su tipo en el mundo. Según los guías turcos, se cree que estas ruinas se conectan con más de 200 ciudades subterráneas más pequeñas que se han descubierto en las últimas décadas.
Cómo es Derinkuyu, la ciudad que apareció en una casa en Turquía
La exploración de la ciudad reveló 18 niveles de túneles que albergaban al menos 600 viviendas, almacenes de alimentos, establos, escuelas, bodegas e incluso una capilla. Además, se encontró un sistema de ventilación que proporcionaba aire fresco y agua a los habitantes de la ciudad.
La vida en el interior de Derinkuyu probablemente era muy difícil. Los residentes de esta ciudad utilizaban vasijas de barro selladas para sus necesidades, se iluminaban con antorchas y disponían de áreas designadas para deshacerse de los cadáveres, según el guía Suleman.
Aunque la fecha exacta de construcción de esta ciudad subterránea sigue siendo controvertida, escritos antiguos que datan del 370 a.C. indican que Derinkuyu ya existía en aquel entonces. Se cree que inicialmente la ciudad utilizada para almacenar mercancías, pero posteriormente se convirtió en un refugio para protegerse de invasores extranjeros. Los estrechos y bajos pasillos fueron diseñados intencionalmente para obligar a los intrusos a agacharse y avanzar en fila.
El descubrimiento de esta ciudad subterránea proporciona un fascinante vistazo a la historia y la ingeniería de la época. Es un recordatorio de las habilidades y conocimientos de las civilizaciones antiguas, así como de su capacidad para adaptarse y protegerse en tiempos de peligro.