TRUCOS CASEROS

¡No tires tu rastrillo! Así de fácil puedes afilar sus cuchillas y darle una nueva vida

Descubre cómo darle una segunda vida a tu rasuradora en pocos pasos.

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No sigas gastando dinero de más en nuevos rastrillos y aprende cómo reciclarlos..Foto: Freepik
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Existen varios trucos virales que te servirán para ahorrar cientos de pesos, sobre todo, si sueles utilizar rasuradoras descartables. Por esta razón, debes aprender a devolverle el filo una vez que lo haya perdido, y darle una nueva vida para no gastar de más. 

¿Cómo afilar mi rasuradora?

Puedes tomar un par de jeans viejos y colocarlos en una superficie plana, maciza y despejada. Un ejemplo puede ser en la mesa o mesada del lavabo del baño. Limpia las hojas de afeitar lavando el rastrillo con agua caliente y jabón. El detergente para platos debería funcionar bien para retirar cualquier suciedad acumulada en las hojas, mientras que el jean le devolverá el filo.

Para tener mejores resultados, deja la rasuradora en remojo durante 15 o 30 minutos en una taza de agua tibia y jabonosa, agitándola en el agua de vez en cuando. Desinféctala con un limpiador astringente o a base de alcohol.

Seca la rasuradora completamente usando un paño para quitar lo que quede de humedad. Hazlo pasando el rastrillo sobre el paño con un movimiento que siga la dirección de las hojas de afeitar. Para evitar la acumulación de pelusa, considera usar uno de microfibra. 

Especialistas también recomiendan guardar tu rastrillo en un lugar seco, como un estuche o un cajón, en lugar de dejarla en el lavabo de la ducha o en el baño, donde está expuesta a la humedad y es probable que se oxide.

Otro truco radica en pasar la rasuradora sobre tu antebrazo para hojas menos afiladas. El brazo es muy similar a un antiguo afilador de cuero, una pieza que se usa para afilar hojas de afeitar. Aunque, deberás tener cuidado de no cortarte la piel.

¿Cómo utilizar correctamente una rasuradora descartable?

Humedece ligeramente la zona a afeitar y aplica jabón o espuma de afeitar. Luego, desliza suavemente la rasuradora por la piel con cuidado de no cortarte. Finalmente, enjuaga la zona afeitada con agua abundante y, posteriormente, seca con una toalla suave.

Cuando ya hayas terminado, aplica un sérum para hidratar el área rasurada. Una buena opción es el aceite de ricino y tónicos con efecto calmante, antibacteriano y antiséptico.

Te aconsejamos aclarar bien la rasuradora después de cada uso para eliminar los residuos. Antes de volver a usarla, procura que las hojas estén muy secas para que se mantenga en óptimas condiciones. Nunca guardes tu rastrillo húmedo.