El Palacio de Buckingham, residencia oficial de la monarquía británica en Londres, alberga un lugar poco conocido pero lujoso: la piscina real. Este espacio ha sido objeto de un cambio reciente por parte del rey Carlos III, quien ha demostrado su conciencia ecológica al reducir la temperatura del agua.
La piscina del Palacio de Buckingham es una instalación anexa al edificio principal que fue construida en 1938 por el abuelo de Carlos III, el rey Jorge VI, para que sus hijas, las princesas Isabel y Margarita, pudieran aprender a nadar. Durante la Segunda Guerra Mundial, el palacio sufrió daños debido a los bombardeos alemanes, y en 1940 un misil cayó cerca de la piscina, lo que requirió su reconstrucción.
Aunque el rey Carlos III prefiere nadar en el mar, aprendió a nadar en esta piscina junto con sus hermanos. La princesa Diana también la utilizaba con regularidad, y se cree que los príncipes Guillermo y Harry dieron sus primeros baños en ella. Antes de que los príncipes de Gales se mudaran a Windsor, sus tres hijos, los príncipes George, Charlotte y Louis, también hacían uso de esta instalación.
Según informes, el termostato de la piscina ha sido ajustado a una temperatura más baja por expreso deseo del rey Carlos III. Esta medida no solo reduce las emisiones de la piscina, sino que también disminuye los costos de energía que se pagan con fondos públicos. En 2022, la partida de servicios públicos de los palacios reales, financiada por los contribuyentes británicos a través de la subvención soberana, ascendió a 3,2 millones de libras esterlinas.
Además de buscar la reducción de costos económicos, el rey Carlos III tiene como objetivo lograr las cero emisiones netas en la Casa Real para el año 2050, como parte de su compromiso con la sostenibilidad y el medio ambiente.
Las reglas de la piscina del palacio de Buckingham
La piscina real del Palacio de Buckingham es un lugar exclusivo para el personal senior de la Casa Real, quienes tienen el privilegio de nadar en ella. Sin embargo, deben asegurarse de que ningún miembro de la Familia Real tenga planes de utilizarla en ese momento. Existe una regla que establece que si un miembro del personal está nadando y aparece un miembro de la realeza, deben salir de la piscina, a menos que se les invite a quedarse, lo cual sucede con frecuencia.
El interior de la piscina se mantiene en privado, ya que está revestida con cristales oscuros que impiden que los visitantes de los jardines del palacio puedan ver su interior. El diseño de la piscina es sencillo y rectangular, sin incluir tumbonas ni spa.
Con esta medida de reducir la temperatura del agua de la piscina (que sin duda es ideal para una sesión de fotos), el rey Carlos III demuestra su compromiso con la sostenibilidad y su deseo de llevar a la Casa Real hacia un futuro más respetuoso con el medio ambiente.