Las plantas que tenemos en nuestro jardín (o en el interior de casa) requieren de diversos cuidados. El principal es el riego, y después le sigue su ubicación, sustrato y la poda. Y para regar cada especie necesitaremos de mucho cuidado, afín de no excedernos, ni tampoco de olvidarnos. Es por ello que hoy te enseñaremos una técnica infalible que tendrá como principal elemento una esponja vieja.
La esponja es el utensilio de limpieza predilecto dentro de la cocina. Esto se debe a que cuenta con la capacidad de dejar platos y cubiertos impecables, con tan solo un poco de jabón y agua. Sin embargo, tienen una vida útil demasiado corta, por lo que en cuestión de días tendremos que dejar de usar, ya que contaminará los elementos de la cocina de virus y bacterias, mientras que su efectividad para limpiar quedará obsoleta.
¿Cómo regar las plantas con una esponja?
Entonces podemos darle otra vida útil beneficiando a las plantas. Por lo tanto, antes de tirarla a la basura, reciclaremos el estropajo de cocina y lo usaremos para regar los ejemplares. Para ello primero debemos desinfectar correctamente, dejándola reposar en un recipiente con agua caliente y una porción pequeña de lejía o cloro. Cuando hayan transcurrido 3 horas, tendremos que quitarla.
El siguiente paso será cortar la esponja en trocitos pequeños que serán mezclados con el sustrato. Especialistas aseguran que debemos colocar los pedacitos en una bolsa de plástico grande o un bote amplio y mezclarlos con un poco de tierra para la base de la maceta o para colocar en el jardín.
Esto se debe a que una esponja reciclada puede lograr que la tierra de la maceta o el jardín se mantenga húmeda por mucho más tiempo, algo ideal para cuando nos vamos de vacaciones, por ejemplo. Además, servirá para absorber el agua excedente en macetas, evitando encharcamientos en las plantas.