Las suculentas son de las plantas más nobles en el mundo de la jardinería. Es que además de su belleza sublime, cuenta con una gran ventaja por sobre el resto de los ejemplares. Es que tienen un órgano especializado en el almacenamiento de agua en cantidades mayores que los demás vegetales. Por lo tanto, si contamos con esta especie en el jardín o en el balcón, será necesario poner reparo en el riego.
Cómo hacer el riego de suculentas
Maestros en jardinería aseguran que estas plantas no soportan el exceso de calor y el sol fuerte. En consecuencia, uno de los principales recaudos pasará por colocar las especies bajo la sombra o en lugares donde el sol no incida directamente, más todavía en primavera/verano. Y durante estos meses, el riego deberá realizarse de forma profunda y cada 15 días.
Así mismo, quienes más saben de suculentas sugieren realizar el regado superficial de forma semanal entre los meses que comprenden la primavera, todo el verano y un segmento del otoño, arrojando grande cantidad de agua y esperando que esta salga por el drenaje rápidamente. Mientras que en invierno, solo tendremos que regar cada vez que notemos el sustrato seco (generalmente cada tres semanas).
La importancia de contar con un calendario de riego
Para no perjudicar a las plantas y, por consiguiente, causar su muerte, profesionales aseguran poner en práctica un calendario de riego. Es que el exceso de agua también podrá causar que las suculentas se marchiten. Esto lo podremos notar cuando las hojas estén blancas y de color amarillo. Además, si observamos sus hojas y notamos que están arrugadas y delgadas, es porque al ejemplar le falta agua.
Cómo regar las suculentas
Si tenemos suculentas en el jardín, no tendremos que secarlas con manguera y en forma de lluvia, debido a que dicha práctica fomentará la aparición de hongos y que los ejemplares comiencen a pudrirse.