La caída del pelo, de acuerdo a científicos, tiene un amplio abanico de explicaciones médicas. Especialistas afirman que la pérdida del cabello se puede presentar por enfermedades crónicas hereditarias, pero también por quimioterapias. Hoy en día, gran parte de las causas se debe al estrés que pasamos por las obligaciones laborales, académicas y problemas económicos. Por ende, es moneda frecuente notar que perdemos melena a diario, aunque en pocas porciones. Así mismo, la falta de nutrientes también colaborará en esto.
Distintos estudios revelaron que el cabello necesita diversos cuidados para lucir espléndido. No solo dependerá de su peinado, sus cortes o el tinte, ya que también entrará en juego el volumen. Y esto dependerá de la alimentación, ya que dependiendo de los alimentos ingeridos y las vitaminas adquiridas, la cabellera crecerá más.
Nutrientes para evitar la caída del pelo
Vitamina D
Esta vitamina es un factor que determinará la caída del pelo, por lo tanto es importante incorporarla en nuestra alimentación y adquirirla desde distintas fuentes. Lo recomendable es incorporarla de forma natural a través de pescado graso y leche fortificada. Además una gran fuente de Vitamina D, que también incide en el cuidado de la piel, es el sol. En consecuencia, exponerse conscientemente a los rayos solares ayudará a frenar el avance de esta patología. Mientras que por otro lado, también podemos consumir fármacos con esta vitamina.
Zinc
Profesionales aseguran que uno de los mejores nutrientes será el zinc. Estos podemos encontrarlos en carnes, legumbres, nueces y semillas. La explicación radica en que este nutriente colabora en la producción de proteínas para el pelo y otras células.
Biotina
Finalmente, si queremos evitar la caída de pelo tendremos que añadir a nuestro organismo uno de los nutrientes más importantes: la biotina. Es que ayuda a convertir algunas células en energía, estimula la creación de queratina y aumenta el crecimiento de folículos. En consecuencia, incorporar biotina incidirá en beneficio del cabello. El detalle pasa por su almacenamiento, ya que no se produce en el cuerpo, sino que se encuentra en las yemas de huevo, alimentos integrales y carne.