Para conseguir una longevidad plena, es necesario implementar distintos consejos medicinales. Es que no bastará solo con la buena alimentación o ejercicio físico, ya que para tener mejor salud a esa edad tendremos que hidratarnos al máximo. Una hidratación completa nos permitirá lucir una la piel sana, tener más energía y hasta conseguir una mejor digestión. Es por ello que adultos mayores necesitarán mejorar el consumo de agua a diario.
Estar atento a la sed
Se sabe que los adultos mayores tienen dificultad para hidratarse, por lo que presentarán problemas de salud con mayor frecuencia. En este marco, resulta vital estar atento a la sed y beber, por lo menos, ocho vasos de agua por día. Así mismo, esto deberá incrementarse a causa de distintos factores, tales como el tamaño del cuerpo, la temperatura exterior y la intensidad de la respiración y el sudor. Cada uno de estos y sus interacciones con los otros establecen la cantidad de vasos que se necesitan ingerir.
En sintonía, profesionales aseguran que si se mantiene un estilo de vida activo y se consumen una variedad de alimentos, sumado a una correcta hidratación, habrá una longevidad plena. De esta forma, las células se mantendrán en perfecto estado, lograremos lubricar las articulaciones y se podrá bombear sangre a los músculos con facilidad.
El problema de la hidratación en adultos mayores
Acorde transcurren los años, es habitual que los adultos mayores no sientan sed. Se desconoce exactamente cuál es la causa de esta reducción, pero su consecuencia puede ser la deshidratación y, por consiguiente, una internación hospitalaria. Dependiendo de su nivel de actividad y de cualquier condición crónica, las necesidades de ingesta de agua pueden disminuir a medida que envejece, perjudicando notablemente la salud.
Además, cuando las personas se encuentran en la longevidad, pierden la capacidad de beber agua y mejorar la hidratación. Y la salud estará en jaque porque a esta edad el cuerpo retiene menos agua que el cuerpo de los jóvenes. Por ende, deberán estar atentos a señales de deshidratación tales como boca seca, fatiga, mareos y calambres musculares.