SALUD Y BIENESTAR

Estas cosas deberás evitar para no padecer un accidente cerebrovascular (ACV)

Estas son las señales y las causas de un ACV, enfermedad que podría causar la muerte.

Causas y síntomas de un ACV..Créditos: Pinterest
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Un accidente cerebrovascular se presenta cuando el suministro de sangre a una parte del cerebro es interrumpido de repente. Además, expertos aseguran que un ACV puede aparecer cuando un vaso sanguíneo del cerebro explota, generando que la sangre se traslade a espacio donde están las células cerebrales.

¿Qué causa un accidente cerebrovascular (ACV)?

El cerebro puede sufrir distintas enfermedades que, lamentablemente, puede causar la muerte (dependiendo del daño). Y entre las principales causas se destacan el estrés originado por el trabajo o largos días de estudio. Además, existen otras causas vinculadas a la edad y al género, haciendo más propensos a los individuos a tener inconvenientes en el cerebro.

¿Qué causa un ACV? Foto: Pinterest 

No obstante, existen personas que son más propensas de sufrir un accidente cerebrovascular, como aquellas que tienen un trabajo que les demanda demasiado tiempo, con jornadas laborales extensas. En consecuencia, el estrés generado por el trabajo realizado constantemente y con poco descanso, desencadenará este tipo de daños.

Y como si fuera poco, a este origen le debemos agregar otros factores de riesgo que aumentan la posibilidad de contraer ACV, como lo pueden ser la edad (especialmente los adultos mayores) y el género. En concreto, estudios científicos decretan que los hombres por sobre las mujeres son quienes tienen más posibilidades de sufrirlo, mientras que las personas mayores a 55 años son más propensas.

Señales de un ACV. Foto: Pinterest. 

En este marco, profesionales aseguran que aquellas personas que estén dentro del grupo de riesgo comenzarán a sentir síntomas específicos, los cuales nos derivarán a una veloz atención médica. En consecuencia, notamos estas señales estaremos sufriendo daños en el cerebro, más precisamente un ACV:

  • Adormecimiento de un lado del cuerpo, ya sea cara, brazo o pierna;
  • Confusión repentina al momento de hablar;
  • Mareos;
  • Pérdida del equilibrio y de la coordinación.