HIGIENE

El hábito de limpieza que perjudica la salud, según Harvard

Como en muchos aspectos de la salud, encontrar un equilibrio y escuchar las necesidades de nuestro propio cuerpo es fundamental.

Un estudio reveló que este hábito puede tener un efecto negativo en la piel.
Un estudio reveló que este hábito puede tener un efecto negativo en la piel.Créditos: Unsplash. Autor: No Revisions
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El hábito de limpieza personal, como la frecuencia con la que nos duchamos, es algo muy personal y puede variar de una persona a otra. Algunas personas tienden a ducharse con mayor frecuencia, mientras que otras lo hacen con menos regularidad.

Sin embargo, según un experto de la Universidad de Harvard, ducharse demasiado seguido puede no ser tan beneficioso como se cree.

Cuando nos bañamos y utilizamos productos de higiene personal, no solo eliminamos la suciedad y las bacterias que se han acumulado en nuestra piel, sino que también eliminamos una capa protectora que se encuentra en la superficie de la piel. Esta capa está compuesta por bacterias beneficiosas y otros microorganismos que son importantes para la salud de nuestra piel.

Por qué ducharse a diario puede ser negativo

El Dr. Robert Shmerling explica que ducharse en exceso puede tener consecuencias negativas. Al eliminar constantemente la capa protectora de la piel, podemos experimentar picazón, irritación y resequedad cutánea.

Además, al tener la piel seca o agrietada, somos más propensos a sufrir crisis alérgicas e infecciones dermatológicas. Es importante tener en cuenta que el agua utilizada durante la ducha también puede contener minerales abrasivos o metales pesados, dependiendo del lugar donde vivamos.

Entonces, ¿con qué frecuencia deberíamos ducharnos? No hay una recomendación única que se aplique a todos, ya que cada persona es diferente. Sin embargo, el experto sugiere que, a menos que estemos especialmente sucios o hayamos realizado una actividad que requiera una limpieza más exhaustiva, ducharse algunas veces a la semana es más que suficiente.

Además, es recomendable reducir la duración de las duchas y concentrarse en limpiar las axilas y la zona genital, que suelen ser las áreas que requieren una mayor atención en términos de higiene.

Es importante recordar que el cuidado de la piel va más allá de la frecuencia de ducharse. Mantener una rutina de cuidado adecuada, como hidratar la piel con productos adecuados y protegerla del sol, también es fundamental para mantenerla sana y en buen estado.