El peso de nuestro bolso es un tema recurrente en la vida de muchas personas, especialmente para las mujeres. Desde la infancia hasta la adultez, llevamos mochilas escolares, maletines de trabajo, bolsos de mano y carteras repletas de objetos.
Sin embargo, lo que solemos pasar por alto es cómo esta carga puede afectar drásticamente nuestra salud, en particular nuestra espalda.
Por qué cuidar el peso de tu bolso es fundamental para tu salud
Según un informe reciente de Sanitas, más del 86% de los trabajadores en España padecen dolores de espalda, siendo las mujeres las más afectadas.
Esto no es sorprendente, ya que el peso excesivo de los bolsos y mochilas que llevamos diariamente puede contribuir en gran medida a estos problemas de salud.
Los expertos en fisioterapia, como el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM), advierten que el peso de un bolso no debe exceder el 5% del peso de la persona que lo lleva.
Cargar más peso de lo recomendado puede tener consecuencias graves para la salud de la espalda y los hombros.
Además del peso, la forma en que llevamos el bolso también es esencial. Los bolsos de mano o carteras que se llevan sobre el antebrazo pueden provocar sobrecargas en las inserciones tendinosas del codo.
Esto puede dar lugar a problemas como la epicondilitis (codo de tenista). Incluso si estos bolsos son ligeros, cambiarlos de brazo o mano cada 10 o 15 minutos puede ser una medida preventiva.
El informe también revela que más del 78% de las mujeres no pueden pasar un día sin llevar su bolso, que generalmente contiene elementos esenciales como el teléfono móvil, llaves, cartera, agenda y gafas.
A medida que los dispositivos digitales han evolucionado, el peso de estos bolsos ha aumentado, ya que muchas personas llevan portátiles, iPads u otros dispositivos más pesados en sus bolsos tipo 'shopping'.
Entonces, ¿qué tipo de bolso es el más adecuado? Los expertos recomiendan el bolso bandolera siempre que no sea excesivamente pesado y que tenga un asa ancha y acolchada.
Llevarlo pegado al cuerpo ayuda a evitar movimientos bruscos y balanceos que puedan perjudicar la espalda.
Si prefieres un bolso de asa, es aconsejable optar por uno que se pueda llevar al hombro con una asa ancha o dos asas enrolladas y cambiarlo de hombro a lo largo del día.
Esto evita que los músculos de un lado del cuerpo se sobrecarguen, lo que puede provocar problemas en el cuello, los hombros y los brazos.
Por último, el material del bolso también es importante. El nylon o la lona son preferibles a la piel debido a su ligereza. Cargar un bolso pesado durante horas puede ejercer una presión significativa en la espalda y los hombros.