La limpieza de las paredes es algo indispensable para cada hogar que se jacta de estar en buenas condiciones. Ese detalle no solo implica eliminar la humedad de los muros, sino también dejarlas como nuevas.
Los expertos en decoración suelen sugerir que el color principal de las paredes sea blanco. Esto facilita que un hogar se vea más amplio y cargado de luz. Sin embargo, nadie advierte que limpiar esos tonos es complicado, casi imposible sin arruinar la pintura.
Por suerte, hay varios trucos de limpieza que facilitan el mantenimiento prolífico de los muros blancos. A pesar de que todo las puede manchar (hasta el roce de los muebles y una salpicadura nimia), puedes arreglar el problema con vinagre y bicarbonato.
¿Cómo hacer un limpiador con vinagre y bicarbonato?
El gran secreto para poder aplicar el truco de limpieza consiste en saber que debes utilizarlo solo en paredes blancas. En caso contrario, si tienes el muro pintado con otro color, puedes deslavarlos, provocar que se destiñan.
Ingredientes
- Agua
- Jabón de trastes
- Vinagre blanco
- Bicarbonato de sodio.
Preparación y aplicación
Mezcla todos los ingredientes en una botella que tenga un difusor. Antes de aplicar, elimina todo resto de pegamento que pueda tener la pared. Acto seguido, esparse el líquido y con una esponja suave, frota hasta limpiar las manchas.
El paso siguiente consiste en utilizar un paño limpio y seco para que puedas asegurarte de que la suciedad fue eliminada por completo. En el caso de que no hayas tenido éxito, pero percibiste algunos resultados, deberás repetir el proceso en las paredes.
Si tus paredes son viejas, te enseñaremos a arreglarlas y decorarlas, en solo 30 minutos con estos consejos de expertos.