"Tengo hambre" es una explicación para estar estresado, aunque ese no sea siempre el motivo. Eso no significa que comer algo no pueda ser una buena solución para el estrés. De hecho, la ciencia demuestra su efectividad, especialmente con las nueces.
Estos frutos secos tienen propiedades que pueden contribuir significativamente a nuestra salud, como la reducción del estrés, pero no se limita específicamente a esa área. ¿Quieres saber todo lo que esta especia puede hacer por ti?
¿Cómo ayudan las nueces a reducir el estrés?
Las nueces contienen pequeñas cantidades de melatonina, la famosa hormona que regula el sueño por las noches y refuerza el sistema inmune.
Además, contienen triptófano, un aminoácido que el cuerpo necesita para producir serotonina, sustancia relacionada con el estado de ánimo y el control del estrés. Es por eso que consumirlas en la cena favorece la relajación y te puede ayudar a dormir mejor.
La serotonina presente en este fruto seco los convierte en un antidepresivo natural que, además de mejorar el estado de ánimo y controlar el estrés, favorece el descanso y la relajación.
¿Qué beneficios aportan las nueces al cerebro?
Lo primero que debes saber es que las nueces contienen ácidos grasos omega 3 y omega 6, que estimulan el funcionamiento del sistema nervioso y son esenciales para la actividad de las neuronas.
Está comprobado que este alimento ayuda a mejorar el rendimiento del cerebro, la capacidad de aprendizaje y la concentración. Además, contiene ácido fólico, que contribuye a tener una buena memoria y prevenir enfermedades cognitivas.
Pero este snack saludable no solo beneficia al cerebro: también contribuye a regular el colesterol, disminuir los triglicéridos y controlar la caída del cabello.
Esta especia también mejora el estado de la piel, combate el acné, equilibra la grasa y favorece la reducción de las arrugas. Además, previenen la osteoporosis gracias a su contenido de cobre, calcio y magnesio. ¿Algo más?