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Queso fresco viscoso: ¿qué pasa si lo consumo cuando está pegajoso y con baba?

Hay formas de salvar un queso, según la UNAM, pero hay ocasiones en que es mejor tirarlo. Así puedes identificar si aún lo puedes comer.

Ten precaución con el aspecto de tu queso, puede hacerte daño si lo comes en ciertas condiciones.
Ten precaución con el aspecto de tu queso, puede hacerte daño si lo comes en ciertas condiciones.Créditos: Freepik
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Uno de los temas que nos causan más conflicto en la cocina es no saber cuándo algún alimento ya no está en buenas condiciones para comerlo, ya sea porque perdió su textura o porque tiene un olor o color extraño, como es el caso del jamón cuando se pone baboso, o el queso.

El gran problema con el queso es que es un producto que surgió a partir de la fermentación y hay algunos tipos que desde el inicio ya huelen mal o tienen partes verdes o azules, pero no todos deben estar así, por eso debes poner especial atención. Para saber cómo actuar con este tipo de productos, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) dio algunos consejos de seguridad alimentaria.

Si compraste un queso fresco, es decir el cottage, ricotta, feta, mozzarella y panela, debes tener especial precaución porque no siempre es bueno comerlos cuando cambia su consistencia.

¿Cómo saber si un queso está en mal estado?

En  el caso de que lleve ya un tiempo en tu refrigerador y cuando lo agarras notas que está baboso, incluso tiene algunas manchitas verdes, es posible que haya una contaminación de levaduras, algo que es completamente común, según la UNAM.

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¿Qué hacer con el queso con baba?

No tienes por qué tirarlo, todavía puedes comerlo, pero tienes que pasarlo por un buen enjuague con agua purificada y comerlo ese mismo día. No obstante, si el olor es penetrante y poco agradable, es mejor que sí lo eches a la basura porque posiblemente ya no sea consumible.

Los rasgos que te pueden indicar que tu queso no está en el mejor punto es que tiene mucho suero a su alrededor, pues quiere decir que estuvo en una temperatura menor a la que debía y le crecieron bacterias.

Si el suero está muy viscoso, no debes comerlo, es muy posible que tu queso ya tenga tiempo bajo malas condiciones y ya no sirva.

Otra de las señales, según la UNAM, de que en absoluto debes comerlo es que tiene pequeños orificios alargados, a estos se les llama "ojos de chino", pueden estar en zonas del producto que están muy esponjadas y, cuando las presionas, "chillan". Esto es un indicador de bacterias patógenas y por ningún motivo deberías consumirlo porque, de lo contrario, te enfermarás.

¿Qué pasa si como queso con bacterias?

De acuerdo a Mejor con Salud, lo que puede ocasionar comer un queso fresco en mal estado es listeriosis, que es ocasionada por la Listeria Monocytogenes, una bacteria dañina.

Los síntomas de esta enfermedad, según Mayo Clinic, son: fiebre, dolores musculares, náuseas, diarrea y pueden aparecer hasta 30 días hasta que aparezcan. La listeriosis es muy grave porque llega al sistema nervioso y provoca confusión, pérdida del equilibrio e, incluso, convulsiones.

¿Cómo conservar bien quesos frescos?

La UNAM recomienda que el queso se conserve envuelto en papel estaño o plástico autoadherible, además de mantenerlos en refrigeración todo el tiempo.

Si temes que tu queso fresco ya caducó, lo notas muy viscoso y con un mal olor a pesar de que lo enjuagaste, lo mejor es que no lo comas, tíralo a la basura y evita enfermarte de listeriosis.