EJERCICIO

Yoga matutino: estas son las mejores posturas para despertar con energía y en paz con uno mismo

Comienza el día con esta placentera rutina para tener una jornada soñada.

Fuente: Producción Chismecito
Practica esta rutina de yoga matutino y comienza el día llena de energía.Fuente: Producción Chismecito
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Despertar y lanzarse a un día lleno de responsabilidades puede ser abrumador, pero el ejercicio puede ser algo placentero después de abrir los ojos, como esta rutina que le aporta energía a tu jornada.

Es por esto que el yoga matutino es una excelente manera de poner en movimiento el cuerpo y preparar la mente para el día, ya que se puede realizar en tan solo cinco minutos.

¿Por qué hacer yoga matutino te ayuda a despertar con energía?

Según Neha Gothe, directora del Laboratorio de Psicología del Ejercicio de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, el yoga matutino ayuda a estirar los principales grupos musculares, calentar las articulaciones y reducir el estrés a través de la respiración lenta.

Laura Schmalzl, neurocientífica e instructora de yoga certificada, sugiere que comenzar la rutina de yoga matutino justo después de despertarse, antes de revisar el teléfono, puede tener un impacto positivo en cómo nos sentimos durante el resto del día.

¿Qué posturas son ideales para empezar el día con yoga matutino?

Movimientos lentos y suaves, combinados con respiración controlada, ayudan a liberar tensiones acumuladas durante la noche y a despertar el cuerpo de manera gradual y saludable.

  • Rodillas al pecho

Esta postura es excelente para iniciar la rutina. Comienza recostado boca arriba y abraza las rodillas contra el pecho. Siente un suave estiramiento en la columna mientras inhalas y exhalas lentamente. Esta posición ayuda a liberar la tensión en la espalda y prepara el cuerpo.

  • Media cobra

Para realizar esta postura, suelta las piernas y rueda sobre tu pecho, permitiendo que la frente o la mejilla descansen en el suelo. Coloca las palmas de las manos debajo de los hombros, manteniendo los codos doblados y pegados a los costados.

Empuja suavemente desde el suelo, levantando el pecho y la frente. Mantén la postura durante tres respiraciones, sintiendo cómo se estira la columna.

  • Alternar gato-vaca

Esta postura fomenta la movilidad y flexibilidad de la columna. Ponte de rodillas como si estuvieras sobre una mesa, con las manos a la altura de los hombros y las rodillas a la distancia de las caderas.

Inhala arqueando la espalda en postura de vaca, llevando el vientre hacia el suelo y levantando la cabeza. Exhala redondeando la espalda en postura de gato. Alterna entre estas dos figuras varias veces, sintiendo el estiramiento en la columna y el cuello.

  • Postura del niño

Esta postura es ideal para estirar la columna y relajarse. Comienza con las manos a la altura de los hombros y las rodillas separadas a la distancia de las caderas. Junta los dedos gordos del pie y siéntate sobre los talones, dejando que las rodillas se abran ampliamente.

Exhala y mueve las caderas hacia atrás, bajando el torso para que descanse entre o sobre los muslos. Estira los brazos hacia el frente y apoya los antebrazos en el suelo. Mantén la postura durante cinco respiraciones.

  • Giro reclinado

Para esta postura, acuéstate boca arriba y lleva las rodillas hacia el pecho. Abrazando las rodillas, coloca la mano derecha sobre la rodilla izquierda y deja que el brazo izquierdo se extienda en el suelo.

Gira suavemente las piernas hacia el lado derecho, sintiendo un estiramiento en la espalda y las caderas. Gira la cabeza hacia la mano izquierda y, después de algunas respiraciones, repite del otro lado.

  • Flexión espinal

Para este ejercicio de yoga matutino, sentado en el suelo con las piernas cruzadas, coloca las manos en los tobillos o las rodillas. Inhala arqueando la espalda y levantando el pecho y la barbilla.

Exhala redondeando la columna y llevando la barbilla hacia el pecho. Repite esta secuencia cinco veces para estirar suavemente la espalda.

  • Saludo hacia arriba

De pie, con los pies separados a la altura de las caderas, siente cómo los pies se conectan con el suelo. Levanta los brazos por encima de la cabeza, manteniéndolos a la distancia de los hombros y con las palmas giradas una hacia la otra.

Si es posible, junta las palmas y lleva la mirada hacia las manos, sintiendo el estiramiento en el cuello y los brazos. Mantén la postura por varias respiraciones antes de bajar lentamente los brazos y liberar la tensión.