Las hortensias son plantas conocidas por su espectacular floración y la diversidad de colores que pueden presentar. Sin embargo, uno de los problemas más comunes que enfrentan los jardineros es el amarillamiento de las hojas.
Este fenómeno de color no solo afecta la estética de la planta, sino que también puede ser un indicativo de problemas subyacentes en su salud. Pero no todo está perdido: tan solo debes seguir estos consejos.
¿Qué debo hacer para que las hortensias no se pongan amarillas?
El color de las hortensias está directamente relacionado con el pH del suelo. Estas flores que crecen en suelos ácidos (pH bajo) tienden a ser azules, mientras que aquellas en suelos alcalinos (pH alto) producen colores rosas.
Sin embargo, un pH desequilibrado no solo afecta el color de las flores, sino también la capacidad de la planta para absorber nutrientes esenciales. Si el suelo no es lo suficientemente ácido, las plantas pueden desarrollar clorosis férrica: las hojas se ponen amarillas porque no pueden absorber hierro.
¿Cómo puedo corregir el pH del suelo para cuidar el color de las hortensias?
Para prevenir el amarillamiento de las hojas, es crucial mantener el pH del suelo en el rango adecuado. Si descubres que el pH es demasiado alto, puedes corregirlo añadiendo productos acidificantes al suelo, como azufre elemental o sulfato de aluminio.
¿Por qué el hierro es importante para el color de las hortensias?
La clorosis férrica es un problema común en las hortensias y ocurre cuando la planta no puede absorber suficiente hierro del suelo. Para combatir esto, puedes utilizar quelato de hierro, un suplemento que está diseñado para ser fácilmente absorbido por las plantas.
¿Con qué tipo de agua debo regar las hortensias?
El agua con alto contenido de cal puede aumentar el pH del suelo, haciendo más difícil para las hortensias absorber hierro y otros nutrientes. Si vives en una zona con agua dura, considera usar agua de lluvia para regar tus plantas.