SALUD

¿Sientes dolor y opresión en el pecho? Podrías estar padeciendo esta enfermedad

Este padecimiento es más frecuente en las personas adultas de 60 años en adelante, de acuerdo con las autoridades médicas.

Si la molestia en el pecho es un síntoma nuevo para ti, es mejor que consultes a tu médico de cabecera.
Si la molestia en el pecho es un síntoma nuevo para ti, es mejor que consultes a tu médico de cabecera.Créditos: Especial/Freepik
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Hay personas que en muchas ocasiones experimentan dolor de pecho, una sensación incómoda que puede variar desde una molestia leve hasta un dolor más intenso que te impida realizar tus actividades con normalidad.

Pese a que las causas pueden ser diversas, es mejor que acudas al médico ya que podrías ser víctima de esta peligrosa enfermedad. Aquí te explicamos de qué se trata.

El dolor de pecho suele aparecer de muchas formas, en algunas ocasiones se puede experimentar como una punzada intensa, mientras que, en otras, como una sensación de opresión o ardor. Si tú sientes esta última, podría tratarse de una angina de pecho. 

¿Qué es la angina de pecho?

La angina de pecho es un tipo de dolor que se presenta en esa parte de nuestro cuerpo causado por la reducción del flujo sanguíneo al corazón. Por lo que es un síntoma de la enfermedad de las arterias coronarias, la enfermedad cardíaca más común, de acuerdo con información de Mayo Clinic. 

El dolor de la también llamada ‘angina pectoris’, se describe como un dolor constrictivo, con el que puedes sentir como una presión o un dolor opresivo en el pecho que podría parecerse a una indigestión.

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¿Por qué da angina de pecho?

Como ya lo adelantamos, según Mayo Clinic, la reducción del flujo sanguíneo al músculo cardiaco provoca este padecimiento. Es importante mencionar que existen tres tipos:

  • Angina de pecho estable: ocurre cuando el corazón trabaja más fuerte que lo usual. Por ejemplo, es posible que el dolor que aparece cuando subes una pendiente o al caminar cuando hace frío. Suele desaparecer con descanso o con medicamentos.
  •  Angina inestable (la más peligrosa): Es poco predecible y puede ocurrir sin realizar esfuerzo físico. En este tipo de angina el dolor no desaparece con descanso ni con medicamentos, además, lo que la hace más peligrosa, es que, al no mejorar el flujo sanguíneo, el corazón se queda sin oxígeno y se produce un infarto.  
  • Angina de pecho variante: Es la menos común, ocurre cuando estás descansando o reposando y puede desaparecer con medicinas.

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¿Cuáles son los síntomas de la angina de pecho?

Si tú sospechas que podrías estar padeciendo angina de pecho, te compartimos cuáles son los principales síntomas de esta enfermedad, según las autoridades médicas.

  • Ardor
  • Inflamación
  • Presión
  • Dolor opresivo
  • Falta de aire
  • Mareos
  • Fatiga
  • Náuseas
  • Sudoración

Asimismo, es posible que llegues a experimentar dolor en los brazos, el cuello, la mandíbula, los hombros o la espalda.

¿Cuándo desaparece la angina de pecho?

La Clínica Mayo destaca que la gravedad, la duración y el tipo de angina de pecho pueden variar, ya que los síntomas nuevos pueden indicar una forma más peligrosa de angina (angina de pecho inestable) o un ataque cardíaco.

Si la molestia en el pecho es un síntoma nuevo para ti, es importante que consultes a tu médico para determinar la causa y recibir el tratamiento adecuado.

¿Cómo proceder ante una crisis de angina de pecho?

Es muy importante que tengas en cuenta que si el dolor de pecho dura más de dos minutos aproximadamente y no desaparece cuando reposas o tomas los medicamentos correspondientes, esto podría indicar que estás teniendo un ataque cardíaco. Por lo que deberás llamar inmediatamente al 911 o a la atención médica de emergencia.

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Factores que incrementan el riesgo de tener angina de pecho

Podrías padecer angina de pecho con más facilidad, en caso de que cuentes con alguna o varias de las siguientes características:

  • Edad avanzada: 60 años o más.
  • Antecedentes familiares de enfermedades cardíacas. 
  • Presión arterial alta. 
  • Niveles elevados de colesterol o triglicéridos.
  • Diabetes.
  • Consumo de tabaco.
  • Obesidad.
  • Estrés emocional. 
  • Consumo de medicamentos.
  • Exposición a temperaturas frías.