SALUD

¿Te sientes paralizado ante nuevos desafíos? Podrías estar sufriendo este grave problema psicológico

La indefensión aprendida es un estado psicológico que puede surgir tras enfrentar situaciones traumáticas o de incontrolabilidad, llevando a la persona a creer que no tiene el poder de cambiar su realidad.

Fuente: Producción Chismecito
¿Te sientes paralizado ante nuevos desafíos?.Fuente: Producción Chismecito
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Sentirse incapaz de avanzar frente a un desafío es una experiencia más común de lo que parece.  Lo que a simple vista podría parecer miedo o inseguridad, para lo cual te recomendamos estos 6 libros,en algunos casos esconde un problema psicológico más profundo: la indefensión aprendida.

Este fenómeno puede afectar gravemente la calidad de vida de una persona, limitando su capacidad para enfrentar situaciones cotidianas.

¿Qué es este problema psicológico?

La indefensión aprendida se desarrolla cuando una persona, tras experimentar repetidas situaciones negativas en las que no tuvo control, llega a creer que no puede cambiar lo que sucede, incluso si tiene los medios para hacerlo. Este estado de inacción no es simplemente falta de voluntad, sino una respuesta condicionada tras haber sufrido situaciones traumáticas o desafiantes.

En la vida diaria, la indefensión aprendida puede manifestarse de muchas maneras: ansiedad, baja autoestima, frustración y, en casos más extremos, hasta depresión.

Es un estado psicológico que afecta tanto a la mente como al cuerpo, provocando dolores físicos como dolores musculares, fatiga y dolores de cabeza, que dificultan el día a día de quien lo padece. Quedarse inmóvil frente a nuevos retos por miedo al fracaso es uno de los principales indicadores de este problema.

¿Cómo se origina el problema psicológico de indefensión aprendida?

El psicólogo Martin Seligman fue el primero en identificar este fenómeno en los años 70, mediante estudios con animales. Descubrió que los perros, después de ser sometidos a estímulos negativos incontrolables, como descargas eléctricas, dejaban de intentar escapar incluso cuando se les ofrecía la posibilidad de hacerlo.

Trasladando esta teoría a los seres humanos, muchas personas desarrollan comportamientos similares tras experiencias traumáticas.

Aunque la indefensión aprendida puede desarrollarse en cualquier etapa de la vida, es más común que se origine durante la infancia o la adolescencia. Situaciones como la negligencia emocional, la falta de apoyo por parte de los padres o cuidadores, o experiencias traumáticas como el abuso físico o emocional pueden sembrar la semilla de la indefensión.

Los niños que crecen en entornos desestructurados o bajo una presión excesiva para lograr el éxito, sin recibir el apoyo adecuado, también son propensos a desarrollar este problema. El bullying, los duelos y los cambios frecuentes en el entorno familiar son otros factores que pueden contribuir al desarrollo de este estado mental.

En la adultez, la indefensión aprendida puede surgir como resultado de situaciones estresantes crónicas, abuso en relaciones de pareja o fracasos continuos en el ámbito laboral o personal. La sensación de no tener control sobre la vida se refuerza con el tiempo, lo que lleva a la persona a evitar nuevos desafíos y a creer que no tiene el poder de cambiar su realidad.

¿Cómo superar la indefensión aprendida?

Salir de este estado es posible, pero requiere un trabajo consciente y, en muchos casos, apoyo profesional. El primer paso es reconocer que estás experimentando indefensión aprendida. Una vez que tomes conciencia de ello, puedes comenzar a analizar en qué situaciones sientes falta de control y qué pensamientos te paralizan.

Un enfoque eficaz es proponerse pequeños objetivos que sean alcanzables. Empezar con metas simples y realistas te ayudará a recuperar el sentido de control y competencia, lo que a su vez reforzará tu autoestima. Cada pequeño logro te mostrará que puedes cambiar las cosas y, poco a poco, irás ganando confianza en tu capacidad para enfrentar desafíos más grandes.

¿Cómo saber si tengo algún problema psicológico?

Para saber si tienes un problema psicológico, presta atención a cambios en tus emociones, pensamientos o comportamientos que interfieran con tu vida diaria, como ansiedad persistente, tristeza profunda o dificultad para concentrarte.

También pueden ser señales los problemas para dormir, aislamiento social o cambios drásticos en tu estado de ánimo. Si estos síntomas se mantienen o empeoran con el tiempo, es recomendable buscar ayuda de un profesional de la salud mental.

¿Cómo empiezan los problemas psicológicos?

Los problemas psicológicos suelen comenzar por la interacción de factores como el estrés, traumas o experiencias difíciles, combinados con predisposiciones genéticas o biológicas. Pueden manifestarse gradualmente a través de síntomas emocionales o físicos, como ansiedad, tristeza o cambios de comportamiento. 

Cuidar la salud mental es de vital importancia, aquí te mencionamos los “malos” hábitos que debes abandonar de inmediato si quieres cuidar de ti y de tu integridad física, y emocional.