Hollywood está repleto de historias de resiliencia y superación como la de Jim Carrey que superó una dura infancia para ser uno de los mejores humoristas de su generación. Otro claro ejemplo es Liam Neeson, famoso por sus papeles en películas icónicas como "Búsqueda implacable" y "La lista de Schindler", ha enfrentado no una, sino dos devastadoras tragedias familiares.
En 2009, perdió a su esposa, la actriz Natasha Richardson, tras un accidente de esquí en Canadá que resultó en una fatal lesión cerebral. Diez años después, en 2019, la tragedia volvió a tocar la puerta de Neeson con la muerte de su sobrino, Ronan Sexton, quien falleció tras pasar cinco años en coma debido a un accidente similarmente traumático.
¿Una 'maldición' familiar para Liam Neeson?
Natasha Richardson, quien tenía 45 años al momento de su muerte, se encontraba en una pista de esquí para principiantes cuando un resbalón resultó en un golpe en la cabeza. Inicialmente, parecía ilesa, pero pronto comenzó a sentir los efectos de una lesión cerebral que empeoró rápidamente, llevándola a un hospital en Nueva York donde fue declarada con muerte cerebral.
En 2019, Neeson enfrentó otro golpe con la muerte de su sobrino Ronan Sexton, a quien había mantenido cerca durante los años difíciles tras la muerte de Richardson. Sexton, el menor de seis hijos de la hermana de Neeson, Bernadette, sufrió una caída desde una altura considerable mientras celebraba con amigos en Brighton en 2014.
La caída resultó en severas lesiones cerebrales, y Sexton pasó cinco años en coma antes de fallecer. Esta segunda tragedia reabrió viejas heridas en la familia de Neeson, quien ya había sufrido la pérdida de su esposa en circunstancias dolorosamente similares.
¿Cómo sobrellevó el duelo Liam Neeson?
La doble tragedia ha sido un duro golpe para Neeson, quien había encontrado consuelo en su familia política tras la muerte de Richardson. La madre de Natasha, la legendaria actriz británica Vanessa Redgrave, se mudó a Nueva York para apoyar a Neeson y a sus nietos, Micheál y Daniel, quienes eran apenas adolescentes cuando falleció su madre.
Durante esos años, Neeson se dedicó a criar a sus hijos con el apoyo incondicional de su suegra, intentando encontrar la paz en medio de tanto dolor.
Recientemente, Micheál Neeson, el hijo mayor de Neeson y Richardson, decidió cambiar su apellido a Richardson en homenaje a su madre, un gesto profundamente emotivo que refleja el impacto duradero de su pérdida. Esta decisión simboliza no solo el amor y el respeto que siente por su madre, sino también el deseo de mantener viva su memoria en cada paso de su vida.