La realeza siempre se ha caracterizado por sus joyas extravagantes. En este caso la realeza danesa ha subastado joyas de la corona. En esta nota te contamos una por una cuáles fueron vendidas.
Con el título Viena 1900: una colección imperial y real se han sacado a la venta un total de 200 piezas de gran valor histórico que recientemente fueron redescubiertas escondidas en la bóveda de un banco.
Se trata de un surtido de joyas de la corona vienesa jamás subastado por el valor de la pieza, su antigüedad y por el número de alhajas. Las mismas han sido usadas por las damas de la alta sociedad de la época y por las familias reales de Europa.
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Estas hermosas joyas fueron subastadas
La primera joya de la realeza y más llamativa es un devant de corsage, un gran broche desmontable de diamantes y perlas naturales de 1865 de la archiduquesa María Teresa de Austria-Teschen, duquesa de Württemberg.
Su diseño es de corona floral con gemas en forma de cojín y rosas, de la que la central cuenta con una perla natural en forma de lágrima que sostiene tres colgantes de perlas desmontables. Fue un regalo de su marido Felipe, duque de Württemberg.
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La archiduquesa también tenía un broche de diamantes rosas en forma de lazo de 1840 que se usaba para prender la condecoración de la Orden de la Cruz Estrellada, fundada en 1668 por Eleonora Gonzaga, consorte del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Fernando II.
Otra de las joyas de la realeza es un collar-tiara de rubíes y diamantes de la archiduquesa Margarita Sofía de Austria, con un diseño de rosas silvestres con los capullos engastados con piedras ovaladas de Birmania y en forma de cojín que puede usarse como collar, diadema o como varios broches.
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Luego pasamos a la parte de la colección de joyas de la princesa María Inmaculada de Borbón-Dos Sicilias, archiduquesa de Austria-Toscana. Allí figura una tiara histórica de perlas y diamantes engastados que puede desmontarse para sacar un broche y unas horquillas para el pelo.
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También en la subasta hubo un conjunto de tres broches en forma de estrella de diamantes datados en 1900 que el gran duque Fernando IV de Toscana y su esposa la princesa Alicia de Borbón-Parma, gran duquesa de Toscana, regalaron a su sobrina por su matrimonio.
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María Inmaculada también tuvo dos collares rivières de diamantes de dos épocas diferentes que heredó su hija María Inmaculada de Austria-Toscana. La princesa Maria Inmaculada de Borbón-Dos Sicilias atesoró un collar de perlas realizado por Köchert a finales del siglo XIX compuesto por cinco hileras con un cierre con un diamante.
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Las joyas son una marca registrada de la realeza. De esta manera fueron encontradas en una bóveda muchas joyas de la corona danesa por lo que fueron subastadas.