A pesar de encontrarse descansado por su intervención de próstata, la cabeza del Rey Carlos III no deja de buscar proyectos y ya prepara su próximo paso para ampliar la carpeta de negocios de la familia real.
Ya sea por su afán de reducir costes o que la monarquía gane aún más dinero, el hijo de la difunta reina Isabel II ha decidido crear un nuevo espacio para quienes quieran acceder a las propiedades de la familia real.
La última idea del monarca, es un proyecto que busca instalar un camping de lujo en su finca de Sandringham, donde le gusta pasar algunos periodos vacacionales como las navidades.
Así será el camping de lujo de Sandringham
De llevarse a cabo el camping, se construirán un total de 15 tiendas de campaña o mayormente conocidas como glamping. Estas se diferencian las tiendas de campaña regulares ya que a pesar de estar al aire libre, cuentan con todo tipo de comodidades y servicios de los mejores hoteles.
Y es que el objetivo del Rey Carlos III es que se un camping de ultralujo donde, además de alojar a clientes, también se puedan quedar miembros de la familia real.
Estos glampings contarán con terrazas privada y barbacoa y estarán ubicados en una zona boscosa de los 8.000 hectáreas que posee finca, en plena naturaleza. Además, junto a ellos se habilitarán unas 28 parcelas para caravanas y 12 más para acampar al aire libre.
Sandringham, donde será el camping, pertenece a la familia real hace muchos años
Desde 1862, Sandringham pertenece a la familia real. Fue obtenida por la Reina Victoria, a petición del Príncipe de Gales (el futuro Eduardo VII) como vivienda permanente para él y su entonces futura esposa, Alejandra de Dinamarca.
Los cambios comenzaron en 1865, cuando comenzaron a sentir que el tamaño de la casa era insuficiente y el edificio principal fue destruido para construir uno más grande. Sandringham, construida con el característico ladrillo rojo, se completó en 1870 con una peculiar mezcla de estilos.
Se añadió una nueva ala al edificio con un estilo más tradicional incorporando un salón de baile. Esta gran casa de campo se adelantó a su tiempo y fue una de las primeras en tener iluminación de gas, sanitarios con cisterna y ducha de primer modelo, por supuesto eran servicios que a la familia real no podían faltarle.