MONARQUÍA EN MÉXICO

Realeza: Él es el ‘príncipe heredero’ de la monarquía mexicana

Descubre al "príncipe heredero" de la monarquía mexicana. La nobleza y el encanto se unen en esta fascinante historia real.

Aunque no lo creas hay una familia real de México.
Realeza mexicana..Aunque no lo creas hay una familia real de México.Créditos: Daniela Mena
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No, no es José José o su hijo José Joel, ese es el príncipe, pero de la canción... Aunque no lo creas, en México hay un verdadero príncipe heredero al trono, oook no hay un trono, pero si, aún hay un linaje monárquico mexicano. 

¿Te suena la familia Götzen-Iturbide Franceschi? ¿No? Bueno, aquí te contamos la historia de esta familia, que con unos cuantos giros en la historia, serían ahora nuestros reyes y reinas. 

Raíces históricas: El legado de la monarquía mexicana

La historia de la realeza mexicana se remonta al siglo XIX, un período tumultuoso marcado por la agitación política y la lucha por la independencia. En 1822, Agustín de Iturbide se alzó como el emperador de México, junto con su esposa Ana María Huarte. Este movimiento fue un hito en la historia mexicana, marcando el breve pero significativo período del Primer Imperio Mexicano.

Sin embargo, la efímera gloria de Iturbide se desvaneció rápidamente bajo la presión de Antonio López de Santa Anna, y pronto se vio obligado a renunciar al trono. A pesar de su breve reinado, dejó un legado duradero en forma de una descendencia que continuaría reclamando su derecho a la corona.

El legado continúa: Maximiliano y la continuidad monárquica

La historia de la realeza mexicana dio un giro inesperado con la llegada de Maximiliano de Habsburgo, quien estableció el Segundo Imperio Mexicano. Maximiliano, sin herederos propios, adoptó al nieto de Iturbide, estableciendo una conexión directa entre ambas dinastías.

La tragedia se cernió nuevamente sobre la familia real cuando Maximiliano fue ejecutado por traición, y México tomó la decisión de no otorgar más títulos nobiliarios. Esto marcó el comienzo de un exilio perpetuo para la familia imperial, que, no obstante, conservó su legado y su derecho al trono.

El ascenso del príncipe heredero

En el tejido de esta intrincada historia emerge Maximiliano Götzen-Iturbide, el actual  “emperador” de México. Como descendiente directo de Agustín de Iturbide, Maximiliano lleva consigo el peso de una historia centenaria y la responsabilidad de preservar la tradición monárquica de México.

Maximiliano Götzen-Iturbide es el hijo de María Gisela Tunkl Iturbide y el conde Gustavo Adolfo von Götzen. Su linaje se entrelaza con la nobleza europea, pero su corazón y su deber están ligados a México, la tierra de sus antepasados.

Su hijo, el siguiente en la línea al trono, es el "príncipe" Fernando Leopoldo, quien ha sido moldeado por una educación de élite, marcada por su paso por el prestigioso instituto suizo Le Rosey y la Universidad de Georgetown. Estas instituciones, cuyas aulas han sido frecuentadas por la realeza europea, han forjado en él el carácter y la preparación necesarios para enfrentar su destino como líder de una nación.

Hoy en día, la familia real mexicana reside en la ciudad de Perth, Australia, lejos de los salones de palacio y las intrigas políticas de antaño. Aunque su estatus como legítimos herederos al trono de México es reconocido en algunos círculos, en su país de origen se enfrentan a la realidad de un decreto constitucional que prohíbe la concesión de títulos nobiliarios.

La familia Götzen-Iturbide Franceschi representa una conexión viva con el pasado glorioso de México y un recordatorio de que, incluso en un mundo cambiante, la tradición y la historia perduran.

La realeza mexicana, encarnada en la figura del príncipe heredero Fernando Leopoldo, es mucho más que una reliquia del pasado: es un vínculo viviente con una historia de grandeza y un recordatorio de la diversidad y la profundidad del patrimonio cultural de México.