La historia de Lina Medina, la madre más joven de la historia, es realmente impactante y trágica. En la década de 1930, cuando Lina Medina tenía solo cinco años, se convirtió en noticia mundial al dar a luz a un bebé. Su historia se desarrolló en el remoto pueblo de Antacancha, en Perú, donde vivía con sus padres y sus ocho hermanos.
A medida que Lina Medina crecía, su abdomen comenzó a crecer de manera preocupante, lo que llevó a especulaciones y rumores entre los vecinos de que estaba poseída por un demonio. Su padre, desesperado, la llevó a rituales y exorcismos en busca de una cura, pero nada funcionó. Finalmente, viajaron a la ciudad de Pisco, donde conocieron al doctor Gerardo Lozada.
El diagnóstico del doctor Lozada fue sorprendente e inquietante: Lina Medina estaba embarazada de siete meses. A los cinco años y siete meses de edad, Lina se convirtió en la madre más joven del mundo.
Cómo fue la vida de Lina, la madre más joven de la Historia
La noticia se propagó rápidamente, y surgieron teorías y especulaciones sobre el padre del bebé. Incluso se llegó a acusar a un familiar de Lina Medina, pero nunca se encontró evidencia concluyente.
Lina Medina dio a luz a un niño saludable llamado Gerardo, en honor al médico que la atendió. El pueblo comenzó a difundir rumores sobre el origen divino del bebé, comparándolo con la concepción de la Virgen María.
El presidente de Perú en ese momento, Óscar Benavides, emitió una ley para proteger a Lina Medina y a su hijo de la explotación mediática y les prometió una pensión vitalicia. Lamentablemente, esta promesa nunca se cumplió.
A lo largo de los años, Lina Medina ha mantenido su vida en privado y ha preferido el anonimato. Ha enfrentado muchas dificultades y abusos, viviendo en un suburbio peligroso de Lima conocido como Pequeña Chicago. Su casa fue destruida en los años 80 para construir una autopista, sin recibir ninguna indemnización por ello.
En 2002, un ginecólogo llamado José Sandoval escribió un libro sobre la historia de Lina Medina y de cómo se convirtió en madre con tan pocos años y se dirigió al Palacio de Gobierno para recordar la deuda pendiente que el Estado tenía con ella. Aunque han pasado décadas desde que ocurrió esta tragedia, el Gobierno de Perú no ha mostrado interés en ayudar a Lina y compensarla de alguna manera por el daño sufrido.