Si optas por hacerte un piercing smiley probablemente sepas que tus labios serán el centro de atención y que podrás enamorar a todos. No es lo mismo que llevar una bolsa colorida o de la última temporada, porque estarás luciendo una joya que atraviesa el frenillo del labio superior y se hace visible cada vez que sonríes. Este piercing es uno de los accesorios más demandados en este otoño y hoy te diremos por qué.
Aunque hay personas que lo llaman de diferentes maneras a este piercing, popularmente se lo conoce como percing smiley. Sin embargo, dependiendo de la región, otros lo mencionan como del frenillo para definirlo. Cabe destacar que es un accesorio muy especial y buscado, pero que también es difícil de hacer. Es por ello que si estás pensando en hacerte uno, te recomendamos acudir a un profesional.
Un piercing que está de moda
Desde hace tiempo, este se ha convertido en uno de los piercings más queridos y extremos. Su nombre se debe al momento en que se hace visible, es decir, mientras se sonríe. Y lógicamente cuando no sonríes, el piercing queda oculto y no es visible. Es un accesorio complejo de conseguir debido a que tiene que colocarse en zona muy delicada, ya que es el frenillo superior del labio.
¿Hacer este piercing es doloroso?
Sí, el piercing smiley es doloroso, pero no tanto como el piercing del ombligo. Sin embargo, es de fácil perforación y se siente menos dolor que en otros piercings más elaborados o complejos. En el frenillo no hay muchos capilares ni terminaciones nerviosas, en un primer momento se sentirá como una molestia, pero no más que eso.
A diferencia de la perforación de la oreja, el piercing smiley se cura en un periodo de tiempo que va de 2 a 8 semanas. No solo eso, si no que también necesita mucho más cuidado y atención para evitar infecciones y rechazos. No obstante, este piercing es menos visible. Además, muchos hombres o mujeres tienen un frenillo del labio superior poco pronunciado y, por lo tanto, no se puede perforar o incluso es especialmente estrecho.