La tradición de San Blas se conmemora este 3 de febrero y muy posiblemente miles de personas alrededor de todo el mundo porte los clásicos hilos bendecidos en el cuello. Los cordones de algodón después de un cierto período de tiempo se queman con el objetivo de prevenir males de garganta.
Otras personas en la tradición de San Blas se encargan de celebrar en el mercado dedicado al mártir de la Iglesia Católica; algunos compran la mítica torta de San Blas o galletas, rosquillas y caramelos de malvavisco tradicionales de cada 3 de febrero.
Cada 3 de febrero, miles de mexicanos acostumbran a llevar un cordón de algodón de colores bendecidos en el cuello. Según la tradición, cada uno de estos hilos protegen las patologías laríngeas más profundas y complicadas para la salud como pólipos y disfonías, pero también las menos peligrosas como catarros y amigdalítis.
El cordón de San Blas se debe llevar durante 9 días desde el 3 de febrero inclusive. Luego, deben ser quemados y a partir de ese momento la garganta va a estar protegida de enfermedades. Sin embargo, no todos saben cuándo surgió y cuál es el origen de esta tradición.
El origen de la tradición de San Blas
El origen de la tradición de San Blas se radica en el 3 de febrero del 316 d. C.; en esa jornada falleció Blas de Sebaste, el médico, ermitaño y obispo de Sebaste en Armenia que hoy en día es venerado como San Blas. Su culto se extendió por todo Oriente, y más tarde por Occidente. En la Edad Media, se llegaron a contabilizar solamente en Roma 35 iglesias bajo su advocación.
Según la historia, el santo curó a un joven que estaba en un estado moribundo debido a que tenía una espina que estaba atravesando su garganta. Con el paso del tiempo, la historia se volvió popular hasta la actualidad y la protección de las gargantas se realiza mediante el cordón de San Blas.