Uno de los problemas psicológicos que causa preocupación excesiva cuando el afectado se encuentra en situaciones en las que tiene que socializar con otras personas, se denomina ansiedad o fobia social y la misma puede causar problemas en la vida cotidiana. La misma puede ser tratada con el olor a sudor ajeno.
La ansiedad es un temor injustificado y patológico a sentirse juzgado por la gente y una incapacidad para desenvolverse en público que puede tener importantes consecuencias para el que lo sufre, obligándolo a aislarse. El aumento de los casos durante la pandemia impulsó el lanzamiento de investigaciones y estudios para ayudar a las personas con este trastorno.
El Congreso Europeo de Psiquiatría celebrado en París presentó un estudio donde los científicos pudieron demostrar que la ansiedad social se redujo en aquellos pacientes que se sometieron a una terapia de atención plena mientras estaban expuestos al olor corporal, obtenido del sudor de las axilas de voluntarios.
El olor corporal y su relación con la ansiedad
Se tomaron muestras de sudor de voluntarios y se expuso a los pacientes que recibían tratamiento por ansiedad social. Los investigadores señalaron que las muestras se tomaron de los voluntarios mientras visualizaban fragmentos de películas previamente seleccionadas por provocar estados emocionales particulares como la felicidad o el miedo porque querían comprobar si las emociones específicas experimentadas al sudar tenían efectos diferentes en el tratamiento.
Se reclutaron a 48 mujeres de entre 15 y 35 años, con diagnóstico de ansiedad social y las dividieron en 3 grupos de 16 personas cada uno. Se sometieron a una terapia para la ansiedad durante dos días y fueron expuestos cada grupo a un olor diferente obtenido de las muestras de sudor de personas.
Elisa Vigna, del Instituto Karolinska, quien la investigadora principal, manifestó que “Las mujeres del grupo expuestas al sudor de personas que habían estado viendo películas divertidas o aterradoras respondieron mejor a la terapia de atención plena que aquellas que no habían estado expuestas. Nos sorprendió un poco descubrir que el estado emocional de la persona que producía el sudor no influyó en los resultados del tratamiento: el sudor”.
¿El olor a sudor de otra persona tranquiliza?
Las señales que se transmiten en el sudor impactaron de forma positiva a la respuesta al tratamiento de las personas con ansiedad social y que el simple hecho de estar expuesto a la presencia de otra persona puede tener ese efecto. Sin embargo los investigadores manifestaron que esto fue una prueba piloto.
Algo en lo que tendrán que seguir trabajando es en averiguar si es posible identificar y aislar las moléculas que causan los efectos observados en el estudio para que puedan ser usadas de forma terapéutica. Además, Vigna dijo: “Esto debería permitirnos determinar si algún beneficio potencial de la terapia proviene de la percepción inconsciente de señales emocionales específicas, o si simplemente tiene que ver con la presencia humana, independientemente de la emoción”.
Es decir que en esta prueba piloto se pudo llegar a la conclusión de que estar expuesto al olor de sudor ajeno puede ser un tratamiento factible para el tratamiento de la ansiedad social.