¿Si una persona habla sola esta loca? Esta es una pregunta muy común, pero la psicología asegura que no. Pero hablar solo tiene mucho que ver con nuestros pensamientos, y aunque parezca imposible, estos pueden ser muy peligrosos para nosotros mismos, los llamados pensamientos intrusivos.
Lo que pasa por nuestra cabeza tiene un poderoso efecto en nuestras emociones y acciones. Cultivar pensamientos positivos y constructivos puede ayudarnos a mantener una mentalidad optimista y resiliente, incluso en situaciones difíciles.
¿Qué son los pensamientos intrusivos?
Los pensamientos intrusivos son pensamientos no deseados, no solicitados y persistentes que surgen en la mente de una persona de manera involuntaria y repetitiva. Estos pueden ser perturbadores, inquietantes o angustiantes, y a menudo son difíciles de controlar o detener.
Según la psicología, pueden manifestarse en forma de imágenes, ideas, impulsos o recuerdos no deseados. Además, pueden interferir significativamente con el funcionamiento diario y el bienestar emocional de la persona.
Abarcan una amplia gama de temas y pueden variar en intensidad y frecuencia. Algunos ejemplos comunes de pensamientos intrusivos incluyen preocupaciones obsesivas sobre la seguridad personal o la salud, imágenes perturbadoras de daño a uno mismo o a otros, dudas constantes sobre decisiones pasadas o futuras, y recuerdos no deseados de eventos traumáticos.
¿Cuando un pensamiento intrusivo es peligroso?
Un pensamiento intrusivo se considera peligroso cuando causa un malestar significativo, interfiere en el funcionamiento diario o impulsa a la persona a realizar acciones que pongan en riesgo su seguridad o la de los demás. Algunas señales de que un pensamiento intrusivo puede ser peligroso incluyen:
Impulsos de daño a uno mismo o a otros
Si los pensamientos intrusivos implican dañarse a sí mismo o a otras personas de alguna manera, como ideas o imágenes de autolesiones, suicidio o daño a otros. Ante estas señales, es importante tomarlos en serio y buscar ayuda profesional de inmediato.
Pérdida de control
Si la persona siente que no puede controlarlos o si comienzan a dominar su vida. Esto puede ser una señal de que los pensamientos son peligrosos y requieren intervención.
Impacto en el funcionamiento diario
Si interfieren significativamente en el trabajo, las relaciones personales, la escuela u otras áreas importantes de la vida de la persona. Esto indica que son peligrosos y necesitan ser abordados.
Aumento del malestar emocional
Si los pensamientos intrusivos causan un aumento significativo en la ansiedad, la depresión u otros síntomas emocionales, esto puede ser una señal de que son peligrosos y requieren atención profesional
Todos enfrentamos momentos de dificultad en la vida, y no hay vergüenza en pedir ayuda cuando la necesitamos. Ya sea a través de amigos, familiares, terapeutas o grupos de apoyo, buscar apoyo emocional puede ser fundamental para mantener el control sobre nuestras emociones y pensamientos.