Aunque el romanticismo hoy esté vestido de apps de citas, likes en stories y ghosteos inesperados, regalar flores es una tradición que logró mantenerse vigente durante el paso de los años, convirtiéndose incluso en un lenguaje de amor.
Es que más allá de su belleza y fragancia, las flores tienen un impacto positivo en nuestras emociones. Y no nos referimos a lo que puede sentir el corazón, sino a lo que la ciencia confirma que pasa por el cerebro con estos obsequios.
¿Regalar flores genera felicidad?
Sí. Un estudio realizado por los investigadores Jeannette Haviland-Jones, Holly Hale Rosario, Patricia Wilson y Terry R. McGuire, titulado "An Environmental Approach to Positive Emotion: Flowers" (2005), demostró que recibir flores provoca reacciones emocionales positivas.
En este estudio, los investigadores realizaron tres experimentos para analizar las respuestas emocionales de las personas al recibir este regalo. En el primer experimento, enviaron a 147 mujeres diferentes paquetes que contenían una vela, una cesta de fruta o un ramo.
Los resultados mostraron que quienes recibieron flores reaccionaron con una "sonrisa de Duchenne", una expresión que los psicólogos consideran como el indicador de verdadera alegría.
Esta sonrisa honesta se asocia al placer y la felicidad y su efecto duró más tiempo en comparación con los otros obsequios.
¿Qué impacto tiene en la otra persona regalarle flores?
El segundo experimento se llevó a cabo en un entorno universitario, donde tanto hombres como mujeres recibieron una flor en el ascensor de una biblioteca.
Los resultados fueron reveladores: recibir este obsequio provocó que las personas sonrieran más, redujeran la distancia interpersonal con quien se las entregaba e incluso iniciaran conversaciones. Así se demostró que las flores no solo mejoran el estado de ánimo, sino que también fomentan la interacción social positiva.
¿Qué beneficios aporta regalar flores?
El tercer experimento se enfocó en personas mayores de 55 años. Al recibir este presente, estas personas experimentaron un notable aumento en su estado de ánimo y una mejora en su memoria episódica, que es la memoria relacionada con sucesos autobiográficos.
Esto sugiere que las flores pueden tener un impacto duradero en el bienestar emocional y cognitivo de las personas mayores.
¿Por qué nos hacen felices las flores?
Aunque el estudio de Haviland-Jones y sus colegas no ofrece una respuesta definitiva sobre por qué las flores nos dan felicidad, sugiere que podría deberse a los significados simbólicos universales y a los estímulos sensoriales que proporcionan.
Las flores, con su belleza y fragancia, pueden evocar sentimientos de alegría y bienestar. Pero si no quieres esperar a que alguien te regale, la ciencia también confirma los beneficios de plantarlas en tu propio hogar.