El pan blanco recién hecho es una exquisitez a las que muy pocas personas pueden resistirse. Es ideal para preparar un rico sandwich, pero también se puede utilizar para tostadas con mantequilla y dulce. El pan blanco es utilizado en casi todos los países y dependiendo la ubicación geográfica le dicen pan de molde, lactal o de caja. Sobre su origen hay muchas versiones. Sin embargo, algunos historiadores gastronómicos aseguran que comenzó a venderse rebanado en el siglo XX, tras un invento de Otto Frederick Rohwedder. Este estadounidense escuchó que las personas se quejaban de que el pan tenía una corteza muy dura y les costaba cortarlo para llegar a la miga, así inventó una máquina rebanadora de pan.
De acuerdo con los nutricionistas, cada rebanada de pan blanco puede tener 70 calorías, aunque puede variar dependiendo del groso y si se elaboró en casa o se compró a un fabricante. De todas maneras, el pan blanco no solo es sabroso, es ideal para consumirlo a cualquier hora: en el desayuno, en el almuerzo o en la cena.
Por lo general, los consumidores están acostumbrados a comprarlo hecho, pero su preparación es bastante sencilla. Y un secreto es que no debe guardarse en la nevera. Hay que conservarlo en un lugar seco, fresco y alejado de la luz solar para que se conserve esponjoso.
Los cocineros de Cucinare compartieron en su cuenta de YouTube la receta para preparar este pan blanco que lleva: 500 gramos de harina 000, 11 gramos de levadura fresca, 7 gramos de sal, 110 cc de agua, 183 cc de leche, 47 gramos de mantequilla, rocío vegetal, leche y huevo para doradura.
El paso a paso para prepararlo el pan blanco es: precalentar el horno a 180°C, poner la harina, la levadura y la sal en un bowl. Agregarle el agua y la leche. Empezar a unir, agregarle la mantequilla y seguir uniendo hasta lograr una masa uniforme. Poner sobre una mesa y darle forma levemente cilíndrica. Colocar en un molde o budinera. Luego, pintar con doradura, cubrir y dejar duplicar su volumen. Posteriormente, ponerlo en el horno durante 25 minutos. Una vez transcurrido ese tiempo, dejar que se enfríe, cortar en rebanadas y armar el sándwich al gusto de cada comensal.