La demencia dice presente cuando una persona comienza a demostrar la pérdida de funciones cognitivas de forma paulatina, generada por daños cerebrales y causando incapacidad para la realización de actividades cotidianas. Esta enfermedad puede desencadenar en otra más grave como lo es el Alzheimer. Y si bien estas patologías no tienen cura hasta el momento, expertos aseguran que la ingesta de queso podrá reducir su impacto o retrasar su aparición.
Entonces, especialistas recomiendan el consumo de este alimento, particularmente en adultos mayores, para poder prevenir los riesgos de una enfermedad tan dura como la demencia, que afecta el habla, los recuerdos y hasta las capacidades motrices. Esto, avalado por recientes investigaciones que han demostrado la relación entre una dieta sana y las deformaciones neurocognitivas, es un avance significativo para la ciencia en pos de buscar una cura para enfermedades neurodegenerativas.
¿Cuál es el vínculo entre el queso y la demencia?
Estas afirmaciones están avaladas por un estudio publicado en la revista científica Journal of Alzheimer's Disease, en donde se examinó el rol de la alimentación y la demencia, más precisamente en la inteligencia fluida. En este marco, cuando se disminuye la inteligencia fluida, aumentará el riesgo de padecer Alzheimer. Por lo tanto, la ingesta de este derivado de la leche será importante para la salud cognitiva.
Los investigadores examinaron cómo la dieta se asocia con la cognición a largo plazo entre las poblaciones de edad avanzada en riesgo y sin riesgo de Alzheimer, descubriendo así los beneficios de consumir el producto lácteo. Por lo tanto, una ingesta moderada de queso será esencial para adultos mayores e hijos de pacientes con patologías neurodegenerativas.
En este marco, los resultados revelaron que incorporando queso en la alimentación se mejorará la inteligencia fluida y se disminuirá el riesgo de padecer Alzheimer, marginando las posibilidades de padecer demencia. Pero además, los mismos investigadores establecieron que existe una bebida y un alimento que también tendrán injerencia y que sería favorable para la salud añadirlos a una dieta sana: una copa de vino tinto y una porción semanal de cordero.