La lengua de suegra es una planta de interior caracterizada por su belleza sublime. Muchas personas desean tenerla en casa para decorar el hogar, sumado a la ventaja de que requiere cuidados singulares. Conocida también como sansevieria, una de las principales preocupaciones (y casi única) pasa por el padecimiento de enfermedades. Es que dicha especie puede tener hojas amarillas que atentarán contra su poder ornamental.
El secreto en la belleza de esta planta de interior pasa por sus hojas largas y verdes. Sin embargo, cuando se tornan amarillas y comienzan a marchitarse, su magia habrá desaparecido. Es que sus hojas verticales y erectas son quienes le dan el toque característico a un ejemplar inigualable, por lo que no tendrá sentido exhibirla en casa si está marchita. Es por ello que te brindamos algunos consejos para que no pases por esto.
Originarias de África pero con fuerte presencia en países de América Central y Latinoamérica, la lengua de suegra puede mostrar signos de enfermedades antes de que comience a marchitarse. El primer factor puede ser porque se la expone por mucho tiempo a polos de temperatura en el hogar, principalmente en invierno: altas temperaturas de la calefacción y frío durante la madrugada.
Así evitaremos que la lengua de suegra tenga hojas amarillas
Frente a este descuido, expertos sugieren proveerlas de diferentes herramientas para mantenerlas con vida. Por ejemplo, se podría cambiar su lugar de descanso durante el invierno y cubrirlas por las noches, como así también agregarle un mantillo sobre el sustrato, ayudando a mantener a la sansevieria con vida y sin hojas amarillas.
Si bien la lengua de suegra no requiere muchos cuidados, si queremos evitar las hojas amarillas tendremos que poner atención en casos puntuales. Por ejemplo, el riego de esta planta de interior debe ser cada una semana o 10 días en invierno, pero en verano con mayor frecuencia. También debemos evitar el encharcamiento de la maceta para que sus raíces no se pudran.