Esta rutina de alimentación no incluye carne vacuna ni procesada, huevos, queso, leche ni tampoco carbohidratos procesados como dulces azucarados y snacks. Esto conlleva a realizar una dieta saludable que mejora notablemente el estilo de vida de las personas que lo realizan. En Okinawa, que es isla más grande de las Ryukyu, ubicadas frente a la costa de Japón, este plan alimenticio es parte de la rutina diaria y ha contribuido a que las personas del lugar puedan vivir más tiempo y tengan una mejor calidad de vida.
Si bien el factor genético tiene mucho que ver, la dieta que se realiza en Okinawa es uno de los trucos de la longevidad.
“La dieta tradicional de Okinawa es muy rica y variada, por lo que es abundante en fitonutrientes y antioxidantes, que es la razón probable de sus beneficios para la salud y las propiedades antienvejecimiento”, remarca al respecto Stefani Sassos, dietista y personal trainer.
Alimentos básicos de la dieta de Okinawa
Las verduras son uno de los alimentos básicos de la dieta de Okinawa y encontramos en ella a la batata, algas marinas, brotes de bambú, rábano daikon, melón amargo, repollo, zanahorias, chaucha turca, calabaza y papaya verde. También se puede consumir granos como el mijo, el trigo, el arroz y los fideos. Y están incluidos el tofu, la soja fermentada y el edamame (aperitivo tradicional de la cocina oriental).
Respecto a las carnes se puede consumir principalmente pescado blanco, mariscos y carne de cerdo ocasional. Por último, el té y las especias están permitidas, sumadas al alcohol, pero este último en menor cantidad.
El mantra de la dieta Okinawa
Los ciudadanos de Okinawa creen que hay que parar de comer antes de estar lleno o comer hasta sentirse lleno solo al 80 por ciento. Para ellos, esta es una de las formas más saludables de mantenerse en forma y en un peso adecuado.
Esta dieta saludable de Okinawa es imitada por muchas personas en diversos y diferentes países, que buscan vivir más y mejor. La clave está en el ejercicio constante, la alimentación saludable y recordar no comer hasta saciarse, sino parar antes de estar satisfecho.