El insomnio cuando irrumpe en el medio de la noche puede causar distintos efectos en el individuo. Principalmente lo notamos el día después, cuando nuestro rendimiento no es el mismo, pero especialistas encontraron un nexo con una patología neurodegenerativa como es la demencia, que luego puede conducir al Alzheimer.
La demencia es considerada como la pérdida progresiva de las funciones cognitivas a causa de diferentes trastornos cerebrales. Esta incapacidad aumenta paulatinamente e impide el desarrollo de una vida normal, sumado a que todavía no se encuentra una cura específica (aunque sí un retroceso en la degeneración cognitiva). Es por ello que resulta clave cuidar al cerebro a través de buenos hábitos, con el objetivo de evitar las enfermedades de este tipo.
Entre los principales síntomas de esta patología encontramos aquellos vinculados con la memoria que se pueden presentar en el incremento del olvido o extraviarse en lugares que antes eran familiares. Además se pueden experimentar cambios en la personalidad al momento de relacionarse con familia o amigos. Y como si fuera poco, otra señal de alarma dirá presente en la noche, a través del insomnio y un acto poco frecuente en muchos pacientes.
Cómo se relaciona el insomnio con la demencia
Una de las señales más extrañas que pueden evidenciar un surgimiento temprano de la demencia se experimenta en horas de la noche. Se trata de la pérdida de la noción de espacio y tiempo. Es que cuando el paciente irrumpe su sueño, puede levantarse rápidamente y hacer algo que solía desarrollar hace muchos años, tal como ir a trabajar (en caso de que ya no trabaje más) o vestirse para ir a la escuela. Y cuando se percate de lo sucedido, será muy tarde y no podrá volver a dormirse.
Ante esto, especialistas recomiendan consultar con nuestro médico de confianza, ya que dicha señal de insomnio en pacientes con demencia después podría desencadenar en otras patologías. Entre las más comunes encontramos la enfermedad de Alzheimer, demencia vascular, demencia frontotemporal, daños cerebrales vinculados con el alcohol, Parkinson y enfermedad de Huntington.