Las plantas requieren de diversos cuidados para crecer en óptimas condiciones. Y una de las mejores técnicas es a través de un abono casero. Entre tantas alternativas para mejorar el sustrato, expertos en jardinería sugieren implementar un huevo crudo. En este marco, explicaremos por qué deberás hacerlo y cómo tendrás que desarrollar este procedimiento para beneficiar a tus ejemplares.
Si bien un gran fertilizante se obtiene con la cáscara del huevo, existe otro que se podrá realizar con el mismo alimento. Esto se debe a que el huevo crudo beneficiará a las distintas especies porque posee fósforo, hierro, potasio, vitamina A y B. Por ende, si colocamos el embrión de la gallina en la maceta o en el huerto urbano, la planta crecerá fuerte y con un color que irradiará bienestar y naturaleza.
Para ello debemos saber que no tendremos que usar el interior del huevo, sino todo el huevo en sí, con su cáscara. Entonces, si accidentalmente se trizó uno o si se rompió y no lo puedes comer, será mejor dárselo a nuestras plantas para no desperdiciarlo. Esto se debe a que cuando introducimos un huevo dentro de una maceta, el efecto que ocurre es que poco a poco, va descomponiéndose. La cáscara del huevo es porosa y por ella saldrá a la tierra su contenido que es rico en nutrientes.
¿Cómo colocar el huevo crudo en mis plantas y cuánto tiempo debo esperar?
Para este abono casero debes saber que el huevo tardará un mes en descomponerse, abrirse y llegar a nutrir. Además, sus efectos como fertilizantes durarán al menos ocho meses en las especies, sin necesidad de volver a repetir el procedimiento durante ese tiempo. Y para colocarlo debemos tener sumo cuidado de no dañar al ejemplar.
Primero tendremos que hacer una pequeña base con sustrato dentro de la maceta o el huerto de las plantas y luego colocar el huevo crudo. Después cubrimos el huevo con más sustrato de forma que este quede bien fijo. Así tendremos un abono casero que le dará mayor vitalidad a las especies.