Un estudio de la Universidad de Barcelona revela que el césped artificial contribuye masivamente a la contaminación de mares y ríos con microplásticos.
Este descubrimiento extiende la problemática más allá de los envases convencionales, planteando una seria preocupación sobre el impacto ambiental del césped artificial en campos deportivos.
Las instituciones son llamadas a reconsiderar la instalación de césped artificial en espacios públicos debido a su potencial contribución a la contaminación por microplásticos.
Con numerosos campos deportivos de césped artificial en la Unión Europea, se destaca la necesidad urgente de abordar esta problemática emergente y buscar alternativas sostenibles.
¿Qué descubrieron los científicos en el agua de Barcelona?
Los científicos analizaron 217 muestras de agua en Barcelona y 200 en el río Guadalquivir, revelando una presencia significativa de fibras de césped artificial en muestras marinas y fluviales.
Estos datos pueden indicar una situación similar en otras regiones de España, destacando la magnitud del problema y la necesidad de medidas preventivas.
La instalación generalizada de césped artificial en campos deportivos se identifica como una fuente importante de microplásticos en el agua, subrayando la urgencia de tomar medidas para frenar su proliferación.
La búsqueda de alternativas sostenibles se vuelve esencial para proteger nuestros océanos y ríos, asegurando un futuro ambientalmente saludable.