La Corona de Cristo es una de las plantas que todos quieren tener por la belleza que representa. Si bien se trata de una especie relacionada directamente con la religión, ya que según afirman, sus espinas fueron ocupadas para hacer la corona de Jesucristo, la hermosura de sus pétalos la convierten en un ejemplar codiciado. Si ya lo tienes en casa, hoy te diremos cómo potenciar su crecimiento gracias a un fertilizante casero de naranja.
Si bien parece una planta ruda por su robustez y por la presencia de espinas, se trata de un ejemplar sensible, el cual necesitará de distintos cuidados de jardinería para que crezca sanamente. Y una de las opciones que te ofrecemos es utilizar un fertilizante casero, el cual impulsará el crecimiento.
Para este fertilizante casero necesitaremos de naranja, ya que es una fruta que tiene múltiples nutrientes, especialmente en su cáscara. Y como la cáscara es un elemento que casi siempre desechamos, te recomendamos aprovechar sus propiedades a través de un abono poderoso que beneficiará a tus plantas. Para ello, además de la fruta necesitaremos de un litro de agua.
¿Cómo preparar un fertilizante de naranja para la planta Corona de Cristo?
- Lavar perfectamente la fruta, de esta manera evitarás que se produzca hongo al momento de dejar en reposo.
- Retirar la cáscara con mucho cuidado, pero, evitando llegar a la parte blanca ya que esta podría terminar estropeando la efectividad del fertilizante.
- Cortar en trozos pequeños las cáscaras de naranja para que los aceites se liberen más fácilmente.
- Pesar las cáscaras y solo dejar 20 gramos.
- Añadir 200 mililitros de agua dentro de un frasco de vidrio previamente esterilizado, después agregar las cáscaras de naranja al frasco y reservar dentro de la nevera por una noche completa.
- Pasado el tiempo, verter los 800 mililitros de agua restante.
Para utilizar el fertilizante de naranja es fundamental que se haga el mismo día que mezclamos la solución de la fruta con el agua debido a que, caso contrario, podría perder efecto. Con él debemos regar la Corona de Cristo todas las semanas.