El tabaco presente en el cigarillo es una de las principales causas de cáncer y dejar de fumar ayuda a prevenir el desarrollo de aproximadamente 20 tipos de tumores distintos. La realidad es que no todas las personas que fuman desarrollan enfermedades oncológicas y que otras personas, que nunca encendieron un cigarrillo, sí pueden desarrollar cáncer de pulmón.
Sin embargo, las posibilidades de fallecer por cáncer de pulmón son más importantes en quienes fuman cigarrillos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaco es el principal factor de riesgo evitable responsable de un 33% de los tumores y de un 22% de las muertes por cáncer.
Según Mónica Granja, secretaria científica de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y oncóloga médica del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid, “dejar de fumar antes de los 30 años evita el 90% de las muertes por cáncer de pulmón”. Aproximadamente el 85-90% de los casos de cáncer de pulmón pueden atribuirse directamente al tabaco.
Esta es la relación directa entre fumar y el cáncer, según los expertos
Allan Sam, el jefe del Servicio de Neumología de MD Anderson Cancer Center Madrid, explicó que “cada vez se describen más sustancias presentes en el humo del cigarrillo”. En total son más de 5000 compuestos los que están presentes en el humo. Aunque no todos son dañinos, hay distintos grados que perjudican a la salud.
Según Granja, “se estima que de las 250 sustancias dañinas del humo del tabaco al menos 69 pueden causar cáncer”. Entre las partículas carcinógenas más importantes del tabaco se destacan el benceno, el formaldehído, las nitrosaminas, el alquitrán y varios metales pesados.
Además, la nicotina, que siempre dice presente en el cigarillo, también puede promover el cáncer, según han revelado algunos estudios. Por otra parte, muchas personas intentan eliminar la nicotina y el alquitrán de los pulmones de forma natural, pero el daño ya está hecho.