En los últimos 30 años el número de personas con enfermedad de Parkinson se ha duplicado, de hecho el reconocido actor Michael Fox la padece y si bien se han identificado numerosas causas genéticas o factores de riesgo de la enfermedad, hay varios tóxicos ambientales, especialmente ciertos pesticidas, que se han relacionado con esta enfermedad neurodegenerativa. Según lo que dice un equipo internacional de investigadores, hay una sustancia química común y ampliamente utilizada en algunos productos que puede estar impulsando el aumento de la enfermedad.
Se trata del tricloroetileno (TCE) que se ha utilizado para descafeinar el café, desengrasar metales y secar la ropa durante los últimos 100 años. El equipo numeroso de especialistas, que incluye neurólogos del Centro Médico de la Universidad de Rochester, entre otros, indican que el TCE puede ser un causa del Parkinson.
Los científicos detallaron que el uso generalizado de la sustancia química, se vincula con el Parkinson basandose en el perfil de siete personas, que van desde un ex jugador de básquet de la NBA hasta un capitán de la Marina y un difunto senador de los EEUU, que desarrollaron la enfermedad de Parkinson después de probablemente trabajar con el producto químico o estar expuesto a él en el medio ambiente.
¿Qué es el TCE?
Este solvente llamado TCE era ampliamente utilizado en varias aplicaciones industriales, de consumo, militares y médicas, incluso para sacar pintura, corregir errores de escritura, limpiar motores y anestesiar pacientes. En Estados Unidos su uso alcanzó su punto máximo en la década de 1970, cuando se fabricaban anualmente más cerca de 275 millones de toneladas de esta sustancia química. Actualmente su uso doméstico ha disminuido desde entonces, sin embargo todavía se usa para desengrasar metales y limpiar manchas en seco.
La conexión entre el TCE y Parkinson se insinuó por primera vez en estudios de casos hace más de 50 años. Las investigaciones que se hicieron en animales han demostrado que el TCE ingresa fácilmente al cerebro y al tejido corporal y, en dosis altas, daña las partes de las células productoras de energía conocidas como mitocondrias y provoca la pérdida selectiva de células nerviosas productoras de dopamina, un sello distintivo de la enfermedad de Parkinson en humanos.
Además, esta investigación señala que millones de personas están expuestas a la sustancia química sin saberlo a través del aire, las aguas subterráneas y la contaminación. El TCE volátil puede evaporarse fácilmente y entrar en los hogares, las escuelas y los lugares de trabajo de las personas, a menudo sin ser detectado. La presencia de este tipo de vapor se informó por primera vez en la década de 1980 cuando se descubrió que el radón se evaporaba del suelo y entraba en los hogares y aumentaba el riesgo de cáncer de pulmón. Aunque hoy millones de hogares se someten a pruebas de radón, pocos lo hacen para detectar el TCE que causa cáncer y está relacionado con la enfermedad del Parkinson.