Los camarones son una proteína del mar muy común y popular en la alimentación, especialmente en la temporada de Cuaresma. Sin embargo, es importante tener en cuenta que su consumo y manipulación pueden ser peligrosos para nuestra salud si no se toman las precauciones adecuadas.
Por ejemplo, el camarón es un alimento alergénico que puede causar reacciones graves en algunas personas, como la intoxicación. Pero además, existen partes del camarón que no se deben consumir debido a los riesgos que conllevan.
¿Cuáles son las partes del camarón que no pueden consumirse?
Una de las partes del camarón que debemos tener en cuenta es el "hilo negro" o la vena intestinal que se encuentra en la parte superior del cuerpo del crustáceo. Este hilo debe retirarse al limpiar los camarones, ya que puede contener restos de alimentos no digeridos y bacterias que son perjudiciales para nuestra salud.
Otra parte del camarón que se recomienda no consumir es la cabeza. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) advierte que la cabeza del camarón puede contener ciertos contaminantes como el cadmio, un metal pesado que puede acumularse en nuestro organismo y provocar disfunción renal, desmineralización de los huesos y hasta cáncer a largo plazo. Además, muchas personas prefieren no comer la cabeza de los camarones debido a su textura y sabor distintos.
Pero no solo debemos preocuparnos por las partes del camarón que no se deben consumir, también debemos tener cuidado en su manipulación y almacenamiento antes de cada comida. Por ejemplo, los camarones deben mantenerse refrigerados y cocinarse adecuadamente antes de ser consumido para evitar la contaminación y propagación de bacterias peligrosas como la Salmonella.