Durante las festividades se Semana Santa, los fieles evitan las carnes rojas y las de ave, incluso en sopas o cremas, dado que es la única ocasión en que esta práctica es obligatoria.
Es por ello que muchas personas optan por consumir diversas verduras y pescado. Una de las alternativas más económicas y fáciles de conseguir es el atún en lata, con el cual se pueden preparar ensaladas, tartas, entre muchas otras preparaciones. Sin embargo pocas personas conocen los riesgos y las consecuencias que le trae a la salud el hecho de comer un producto enlatado.
¿Cuáles son los beneficios de comer atún en lata?
El atún es un producto rico en ácidos omega-3, un tipo de grasa poliinsaturada que ayuda a reducir los niveles de colesterol y los triglicéridos, y a fluidificar la sangre, disminuyendo así el riesgo de afecciones relacionadas con el corazón. Además es fuente de vitaminas B2, B3, B6 y B9, y de otras liposolubles, como la A y la D, además de minerales como el fósforo, magnesio, hierro y yodo, por lo que resulta una opción muy saludable a la hora de cocinar.
Sin embargo, varios especialistas aseguran que el atún también contiene los diez aminoácidos que el cuerpo necesita para un buen desarrollo celular, mantener el sistema inmune saludable y reponer o ganar el tejido y masa muscular.
¿Cuáles son las desventajas de comer atún en lata?
El consumo del atún en lata no debe convertirse en algo diario, ya que se trata de un alimento que contiene mercurio, además de altas cantidades de grasa y sal, ingredientes que en cantidades importantes ocasionan problemas de salud.
El mercurio que se encuentra en el atún ha llegado a través de la cadena alimenticia. Normalmente, es un elemento que se deposita en el agua a través de distintos medios y que después es absorbido por el plancton y va escalando en la cadena alimenticia hasta llegar al atún y, finalmente, a quienes lo consumen.
Los compuestos del mercurio presentes en el atún son tóxicos y pueden afectar el desarrollo del sistema nervioso en los menores de edad.