Durante décadas, se creía que los plátanos no eran recomendables en muchas situaciones debido a su contenido calórico y su fructosa, ya que se pensaba que promovían el aumento de peso y que su único beneficio se relacionaba con el crecimiento de la masa muscular. Sin embargo, en la actualidad se ha demostrado que el consumo de plátano tiene más ventajas, por su alto valor nutricional.
La banana, como también se lo conoce al plátano, es un alimento con una gran cantidad de potasio y pectina, un tipo de fibra que apoya las funciones digestivas del cuerpo. Además, contienen magnesio y vitaminas C y B6, las cuales fortalecen la salud del sistema óseo, muscular y nervioso.
Se ha comprobado que consumir plátanos ayuda a saciar el apetito, lo que a su vez ayuda a controlar la ansiedad por comer y entre comidas, cuando se suele optar por alimentos ricos en azúcar o grasas saturadas. Por lo tanto, se ha sugerido que las frutas ricas en fibra pueden promover la pérdida de peso cuando se combinan con una dieta baja en calorías.
¿Qué pasa si sólo como bananas?
Entonces, consumir plátano puede facilitar la saciedad y eso evitaría no ingerir otros alimentos, aunque no permitiría incorporar todos los nutrientes necesarios para mantener una dieta equilibrada. A pesar de que los plátanos bananas contienen varios micronutrientes importantes, como el potasio y la vitamina C.
La banana verde también contienen un tipo específico de fibra llamada almidón resistente, que no se digiere en el tracto gastrointestinal y promueve la salud intestinal. Sin embargo, el consumo excesivo de este tipo de fruta puede causar molestias digestivas.
Entonces, si bien consumir solo banana puede afectar nuestro sistema digestivo, es muy recomendable utilizarlo como uno de los alimentos del desayuno o ingerirlo antes de desayunar, porque no solo aporta nutrientes sino también evita acudir a alimentos poco sanos antes de la próxima comida del día.