El Feng Shui es un antiguo sistema filosófico chino de origen taoísta que está basado en la ocupación consciente y armónica de los espacios. Este método de la cultura Oriental tiene como objetivo conseguir que los objetos tengan una influencia positiva sobre las personas que lo habitan.
Esta filosofía es posible aplicarla en todos los aspectos de la vida cotidiana y, obviamente, en el hogar. Cada sitio del hogar tiene determinada importancia. El baño, las habitaciones, la cocina son algunas salas claves, pero también entra en juego la entrada del hogar.
Para poder alejar las desgracias y la pobreza, y al mismo tiempo aumentar las riquezas, el Feng Shui plantea que hay dos cosas que nunca pueden estar en la entrada del hogar. Por lo tanto, en el caso de que las tengas deberías cambiarlas lo más rápido posible.
¿Qué debo evitar en la entrada de casa?
La entrada del hogar tiene aspectos que la vuelven un imán de la abundancia, según la cultura Oriental. Para empezar, la puerta principal nunca puede estar dañada, vas a atraer tristeza y tu energía estará estancada; además, crearás barreras energéticas que no te permitirán avanzar en el futuro. La buena energía fluye y se multiplica con una puerta limpia, con la pintura intacta y en buenas condiciones.
Por otra parte, según el Feng Shui no puede haber desorden en la entrada del hogar. Este se debe evitar a toda costa porque las cosas fuera de lugar solo atraen energía negativa. Una gran alternativa es determinar a qué zona le pertenece cada objeto y respetarla para no afectar las vibras.