La echeveria es una suculenta de gran reputación debido a sus colores que aportan valor a la decoración del hogar o del jardín. El poder ornamental la convierte en una de las suculentas más codiciadas, pero para adquirir esto debemos tener en cuenta sus cualidades principales, como así también dos trucos de jardinería para que crezca en óptimas condiciones.
La echeveria se caracterizan por la capacidad de vivir sin problemas en exteriores y climas cálidos. Esta planta tiene distintas formas y colores, mientras que sus hojas nacen en el extremo de los tallos de diferentes largos, aunque algunas son acaules. El jardín que tenga echeverias contará con una belleza todo el año debido ya que en verano sus hojas son verdes y en otoño, al dejar de producir clorofila, cambian a colores bordó o negro, por lo que la decoración de exterior o interior estará garantizada.
Un detalle a tener en cuenta es que esta suculenta pierde sus hojas, aunque la roseta continúa creciendo y el tronco queda sin vegetación alguna. Este procedimiento es un mecanismo para mantener la humedad de las hojas nuevas, por lo tanto, no tendremos que alertarnos cada vez que esto suceda.
Trucos de jardinería para el cuidado de la suculenta echeveria
Para que tu echeveria estalle de colores todo el año, deberás tener en cuenta dos trucos de jardinería infalible:
- Riego: para que crezca sana y fuerte, esta planta necesita de aguas blandas cada vez que sea regada. Si bien se puede dejar seca durante el invierno, es preferible regar para evitar la deshidratación. El regado puede ser cada dos semanas, preferentemente en las mañanas.
- Iluminación: las echeveria pubescentes debe ser cultivadas al sol y en un lugar con buen aire para que mantengan la forma y el color de sus rosetas, evitando el surgimiento de hongos. Si es en una maceta, dentro de casa, deberá ser cerca de una ventana para alcanzar así la máxima iluminación posible.