Las cebollas son una de las verduras más importantes de la cultura gastronómica de México y muchos países del mundo gracias a que tienen innumerables nutrientes. Sin embargo, es una realidad que al cortarla empezamos a llorar. Muchas personas desconocen ese motivo y, pero aún, no saben cómo evitarlo.
Para empezar, hay que entender por qué las personas empiezan a llorar al pelar y cortar las cebollas. Esto se produce porque son verduras que absorven el azufre del suelo en su fase de crecimiento y este después se transforma en aminoácidos. Al cortarlas, dañamos sus células, los ácidos entran en contacto con las enzimas y se producen una serie de reacciones químicas que terminan liberando un compuesto químico volátil denominado "óxido de sinpropano-S".
Ese es el encargado de hacernos estallar en lágrimas y que nos piquen los ojos. La irritación ocular y de las fosas nasales se produce por ese compuesto químico. No obstante, es la absorción de azufre lo que le agrega a las cebollas su sabor y olor tan característico.
¿Cómo evitar el llanto al cortar cebollas?
Muchas personas tienen sus propias técnicas para evitar las lágrimas al cortar las cebollas. Según un estudio británico, hay que alejarse de la liberación de gases y eso se puede conseguir de tres maneras diferentes.
- Aspirar el gas para que no llegue a los ojos. Se puede cortar una cebolla mientras se sostiene un objeto, como una cucharilla o un trozo de pan, en la boca.
- Cortar la cebolla debajo el extractor de la cocina. Funciona porque el gas es absorbido por el extractor.
- Congelar la cebolla. Este método retrasa la liberación de los productos químicos irritantes de ojos y nariz.
¿Cuál es el truco de la abuela para no llorar al cortar cebolla?
Sin embargo, hay un "truco de la abuela" muy particular para no llorar cuando se cortan las cebollas. Este consiste en utilizar un cuchillo bien afilado para lograr cortes limpios y reducir los daños en las células de las verduras, estas van a desprenden menos cantidad del compuesto químico que genera las lágrimas.
Luego, debemos poner la cebolla en remojo en agua fría durante media hora antes de cortarla. Así, el óxido de sinpropano-S será menos volátil. Además, hay que lavar muy bien las manos antes y después de manipular las verduras. Algunas abuelas se frotan las palmas de las manos con medio limón antes de lavárselas con agua y jabón.