La discapacidad auditiva afecta a alrededor de 1500 millones de personas en todo el mundo según datos de la Organización Mundial de la Salud, y cada vez hay más pruebas de que esto podría aumentar el riesgo de demencia. Es una de las mayores amenazas para la salud en el mundo y se pronostica que la cantidad de personas que viven con esta afección casi se triplicará para 2050.
La relación directa entre los audífonos y la demencia
En ese marco, científicos chinos, japoneses, indios y de otros países acaban de publicar en la revista científica The Lancet Public Health las conclusiones de un estudio exhaustivo que analizó la asociación entre el uso de audífonos y el riesgo de desarrollar demencia.
Para ello, utilizaron información de más de 400.000 participantes registrada en la base de datos del Biobanco de Reino Unido la edad promedio fue de 56 años y el tiempo medio de seguimiento fue de 12 años. Allí encontraron que, en comparación con los sujetos con audición normal, quienes cuentan con pérdida auditiva y que no usaban audífonos tenían un riesgo 42% mayor de demencia por todas las causas.
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El valor de escuchar
“Se está acumulando evidencia que da cuenta de que la pérdida de audición puede ser el factor de riesgo modificable más impactante para la demencia en la mediana edad, pero la efectividad del uso de audífonos para reducir el riesgo de pérdida de la salud mental en el mundo real sigue sin estar clara. Nuestro estudio proporciona la mejor evidencia hasta la fecha para sugerir que los audífonos podrían ser un tratamiento entable y mínimamente invasivo para mitigar el impacto potencial de la pérdida auditiva en la demencia”, explicó Dongshan Zhu, uno de los autores principales del documento y profesional de la Universidad de Shandong, en China.
Sin embargo, no hubo mayor incidencia entre quienes que usaban audífonos. Esto equivale aproximadamente a un riesgo de demencia del 1,7% en aquellos que reportan pérdida auditiva que no usan audífonos, en comparación con el 1,2% entre los que no registra deficiencias en la escucha o que la tienen, pero usan los dispositivos.
”Cerca de las cuatro quintas partes de las personas que experimentan pérdida auditiva no usan audífonos en el Reino Unido, por ejemplo. La pérdida de audición puede comenzar a principios de los 40 años, y existe evidencia de que el deterioro cognitivo gradual antes de un diagnóstico de demencia puede durar de 20 a 25 años. Nuestros hallazgos resaltan la necesidad urgente de la introducción temprana de audífonos cuando alguien comienza a experimentar una discapacidad auditiva", graficó Zhu.
Luego, expresó: "Es necesario un esfuerzo grupal de toda la sociedad, que incluya crear conciencia sobre la pérdida de la audición y los posibles vínculos con la demencia, aumentar la accesibilidad a los audífonos al reducir el costo”. Los audífonos, más allá de la salud mental y su condicionante directo, son importantes para reducir el aislamiento y aumentar la calidad de vida.