Durante el verano, es crucial prestar especial atención a nuestras plantas, especialmente cuando se encuentran expuestas al sol intenso. Las orquídeas, en particular, no toleran la luz solar directa y pueden sufrir quemaduras graves si se exponen a ella.
Sin embargo, si tu orquídea ha sido afectada por el sol, no todo está perdido. Aquí te presentamos cuatro pasos básicos para salvar a tu orquídea quemada durante el verano.
Cómo salvar a tus orquídeas quemadas
Paso 1
Corta la hoja dañada Desinfecta unas tijeras y recorta la hoja quemada al menos 2 centímetros por debajo de la zona afectada por el sol. Esto ayudará a prevenir la propagación de cualquier daño adicional y permitirá que la planta se concentre en sanar.
Paso 2
Aplica aceite de oliva Utiliza una servilleta limpia para aplicar un poco de aceite de oliva extra virgen en la herida de la hoja de tu orquídea. El aceite actuará como un sellador natural y ayudará a prevenir infecciones. Asegúrate de cubrir toda la zona afectada.
Paso 3
Elimina las hojas secas Retira todas las hojas que estén completamente secas, ya que podrían convertirse en focos de proliferación de hongos. Estos hongos podrían afectar a las hojas sanas de la orquídea. Eliminar las hojas secas garantizará que la planta pueda enfocarse en su recuperación.
Paso 4
Limpia las hojas Utiliza un abrillantador orgánico, como cáscaras de plátano, para limpiar suavemente las hojas de tu orquídea. Esto ayudará a eliminar cualquier espora de hongos que pueda haber caído sobre ellas y permitirá que las hojas brillen. Una hoja limpia y libre de polvo podrá realizar la fotosíntesis de manera adecuada, aprovechando la luz solar de manera óptima.
Recuerda seguir estas precauciones durante todo el verano para proteger a tus orquídeas y evitar que terminen quemadas. Procura colocarlas en lugares con sombra durante las horas de mayor intensidad de luz solar, tanto en exteriores como en interiores cerca de una ventana. Estos cuidados adecuados permitirán que tus orquídeas florezcan y se mantengan saludables.