Las fresas son consideradas una de las frutas favoritas de muchas personas debido a su delicioso sabor, textura jugosa, vibrante color y versatilidad para ser incluidas en una variedad de platos.
Sin embargo, lo que muchos desconocen son los beneficios que estas pequeñas frutas rojas pueden brindar a la salud de la piel. Están repletas de nutrientes esenciales como vitaminas, minerales y antioxidantes que contribuyen a mejorar la salud cutánea desde el interior.
Los beneficios para tu piel de consumir fresas
Una de las principales ventajas de las fresas para la piel es su capacidad para aportar humectación, tonificar y prevenir la aparición temprana de arrugas. Su composición nutricional es perfecta para mantener la dermis libre de impurezas y eliminar las células muertas acumuladas, lo que a largo plazo mejora su apariencia estética y atractiva.
Además, las fresas proporcionan un aroma agradable y una sensación de suavidad a la piel. Estas frutas son ricas en vitamina E y antioxidantes, dos nutrientes indispensables para tener una piel más saludable, limpia, libre de impurezas y con un brillo natural.
También se ha observado que las fresas pueden atenuar las ojeras y las manchas oscuras alrededor de los ojos, ayudando a reducir la apariencia de cansancio.
Otro beneficio notable de las fresas es su efecto antiedad y antiarrugas. Gracias a su alta concentración de antioxidantes, las fresas renuevan las células dérmicas y previenen el daño causado por los radicales libres, lo cual retrasa la aparición de arrugas prematuras y evita que la piel luzca envejecida antes de tiempo.
Para aprovechar estos beneficios, se puede aplicar directamente el jugo de fresa puro en el rostro varias veces por semana o preparar una mascarilla machacando tres fresas y mezclándolas con una cucharada de miel. Esta mezcla se aplica sobre la piel limpia y se deja actuar durante 15 a 20 minutos.
Además, las fresas también pueden ser beneficiosas en el tratamiento del acné. Sus propiedades pueden ayudar a reducir los brotes de acné cuando se utilizan en forma de mascarilla.
Para ello, se pueden triturar siete fresas y mezclarlas con una cucharada de crema agria. La mascarilla se aplica directamente en las zonas afectadas y se deja actuar durante 10 minutos antes de retirarla con agua tibia. Se recomienda repetir este tratamiento dos veces por semana.
Cómo preparar una mascarilla con fresas
Una receta sencilla de mascarilla consiste en mezclar tres fresas trituradas, unas gotas de jugo de lima y una cucharadita de aceite de oliva. Esta pasta se aplica en la piel y se deja actuar de 15 a 20 minutos, utilizando el tratamiento dos veces por semana para obtener resultados óptimos.
Además de la mascarilla, para combatir las ojeras y las bolsas en los ojos, se pueden colocar un par de rodajas de fresa en la zona afectada durante diez minutos y luego enjuagar con agua tibia. Además, las fresas tienen propiedades exfoliantes que ayudan a eliminar las células muertas de la piel, dejándola fresca y con un agradable aroma.