Para el Feng Shui, uno de los mejores amuletos que podemos tener en casa son los cuarzos. Se trata de minerales que cumplen el rol de piedras preciosas, ideales para la decoración. Pero, además, tienen una fuerza energética repleta de buenas vibras. En este caso te hablaremos de aquellas cruciales para atraer buena suerte y amor.
5 cuarzos para atraer buena suerte y amor
Lapislázuli
El lapislázuli se considera un amuleto perfecto para atraer la buena suerte, la sabiduría y la protección espiritual. Según el Feng Shui, es hábil para promover la claridad mental, la armonía y la conexión espiritual con otras personas. Es muy frecuente ver esta piedra en talismanes, collares y pulseras porque ya desde el Antiguo Egipto que se colocaba como símbolo de protección y buen augurio en las tumbas. Se creía que el lapislázuli cuidaría de los fallecidos una vez que habían muerto.
Pirita
Un cuarzo de sí o sí debes tener en casa. Se caracteriza por tener un brillo dorado metálico y puede ser atractivo. La pirita atrae la buena suerte y la abundancia, y es especialmente buena para asegurar la estabilidad económica y mejorar las condiciones laborales, según el Feng Shui.
Piedra lunar
La piedra lunar es un amuleto ideal para la intuición, la sensibilidad y la protección espiritual, ya que tiene la energía de la luna. En la práctica del Feng Shui, puedes utilizarla como un objeto decorativo o un símbolo de energía lunar en tu casa para así despertar el deseo amoroso, especialmente cuando llega la fase de luna llena. Es uno de los cuarzos más codiciados.
Peridoto
Por su color relacionado al dinero, se cree que traerá buenas noticias y abundancia. Generarás riqueza y te protegerá de las malas vibras. Además, según el Feng Shui, también es buena para conservar el amor.
Aventurina
El último cuarzo sugerido por el Feng Shui es la aventurina. Es perfecto para la buena suerte, más precisamente para juegos, apuestas y lotería. Pues incluso su propio nombre viene de la palabra latina "aventura". La de color verde es extremadamente poderosa y es conocida como “la piedra del jugador" por su relación con el azar.